El Presidente Alberto Fernández se enteró este sábado que se quedaba sin Ministro de Economía y que con él vendría un aluvión de renuncias en toda el área económica del país. Martín Guzmán decidió renunciar en el mismo momento en que hablaba la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, una de sus principales críticas dentro del espacio del Frente de Todos.
Inmediatamente comenzaron los rumores sobre el posible reemplazante de Guzmán como si se tratase solo de una cuestión de un nombre. Lo cierto es que el gobierno tambalea y la salida de Guzmán suena más a una carta de rendición de Alberto frente a Cristina que una decisión de fortalecer el propio albertismo.
Pero ahora es Alberto quien debe tomar una decisión y no es para nada sencilla. Es que debe elegir a una persona que pueda significar un consenso entre las fuerzas políticas que integran el Frente de Todos o las críticas pueden continuar y el vaciamiento de poder podría incrementarse. Desde el entorno del presidente aseguran que ya está el nombre y que durante la mañana de este domingo solo se darán reuniones privadas para afinar el equipo del nuevo titular de la cartera económica.
El nuevo ministro de economía tendrá dos desafíos casi imposibles de cumplir. Por un lado intentar cambiar el rumbo económico, apostar al consumo interno y fortalecer a los trabajadores (algo que se viene pidiendo con fuerza desde el kirchnerismo) y cumplir con el mandato de ajuste dispuesto por el FMI y que hasta el momento Guzmán venía cumpliendo a rajatabla. Los planteos son opuestos y cumplir con uno significa romper con el otro.
Ahora bien, si el nuevo jefe económico del país decide seguir abrazado al FMI las posibilidades electorales en 2023 son casi nulas, pero si deciden cambiar el rumbo y acercarse al planteo de Cristina de “usar la lapicera” el FMI podría cancelar el acuerdo y secar de fondos al país acrecentando la crisis. La decisión no es fácil y tampoco estará en manos del nuevo ministro o de los posibles otros cambios que se plantean como necesarios en el gabinete nacional, todo depende de Alberto.
El presidente intenta mostrarse progresista pero hasta el momento sus acciones fueron muy conservadoras y es el golpe de timón que le están exigiendo los sectores más radicales. Cuando Cristina le pide que “use la lapicera” es básicamente para que pueda tomar decisiones en favor de la gente, que obligue a las empresas a aumentar salarios y a bajar precios pero Alberto entiende que esas acciones deben llegar de la mano de un acuerdo, algo que hasta el momento no logró.
Al país no le sirve un simple cambio de nombres, Argentina necesita un ministro de Economía con peso y poder de decisión, pero además que llegue por consenso de todo el sector gobernante e incluso también respeto del mercado financiero. Es por esto que el anuncio además del nuevo nombre deberá incluir una fuerte señal de cambio de rumbo, de lo contrario el lunes habrá una corrida cambiaria insostenible que devaluará aún más la moneda.
El nuevo Ministro de Economía deberá sentarse hoy con Alberto Fernández y realizar anuncios que marquen el rumbo del gobierno desde hoy y hasta el 10 de diciembre de 2023.