A las 10.30 de este jueves comenzó a sumarse gente en Paseo 693 de la Ciudad de Buenos Aires. Allí fue el lugar donde, según se lo acusa, Irineo Garzón Martínez (35) drogó y abusó de una joven venezolana de 18 años que había ido a su primer día de trabajo.
El comercio de uniformes profesionales ofrecía trabajo y esta adolescente venezolana, que buscaba dar una mano con la economía de la casa, se presentó a su primer día de trabajo. Lo que parecía ser una luz de esperanza a la crisis económica familiar se convirtió en su peor pesadilla.
El día de trabajo transcurrió bastante normal pero cuando el local cerró el hombre le habría dado de beber algo que contenía algún narcótico y ella perdió todas sus defensas. Antes de caer en la inconciencia envió un mensaje a su madre que se encargó de convocar a la policía, que finalmente la rescató. La joven, cuando fue asistida por la fuerza, presentaba claros signos de haber sido víctima de abuso sexual con acceso carnal.
El grito de “Justicia” retumbó en las calles de Once bajo una lluvia intermitente que no impidió que se acerque un centenar de vecinos, amigos de la víctima, miembros de organizaciones sociales y ciudadanos venezolanos que están radicados en el país. La marcha concluyó en Tribunales con dos pedidos que se replicaban entre sus participantes: “¡Garzón violador, a la cárcel agresor!” y “¡Zucconi corrupta, justicia o renuncia!”