Era un pedido insistente de la CGT desde la campaña. El presidente, Alberto Fernández, se había comprometido de palabra en los primeros días de asumir pero la pandemia cambió todos los planes. En la 26 Conferencia de la Unión Industrial, que concluyó esta semana, el Gobierno prometió que finalmente lanzará por decreto el Consejo Económico y Social. Es decir, una mesa tripartita entre funcionarios, sindicatos y empresarios para pensar políticas de mediano plazo, entre ellos para reducir la pobreza.
La promesa no es al azar porque llega justo unos días antes de que el Gobierno cumpla su primer año en Balcarce 50. Parece mucho más por los tiempos de la pandemia y de la política, pero el Presidente sabe que deberá oxigenar en los meses que vienen y en los que apuesta a reactivar la economía. La Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica (OCDE) le dio una mala noticia. Desde su perspectiva, la Argentina será el país que más sufrirá dentro del G20 cayendo un 12,9% de su PBI este año. Eso tendrá más consecuencias sociales que económicas. Lo peor en materia de empleo aún no se vio.
A los empresarios que siguieron reclamando por la elevada presión tributaria, el Presidente les pidió que se comprometan más con el combate a la pobreza generando nuevos puestos de trabajo para los que se caerán de la torta este año. Los industriales eligieron meticulosamente a los oradores internacionales como la canciller alemana, Angela Merkel, quien en un mensaje grabado fue directo al grano: sin señales más claras a los mercados no habrá interés internacional por invertir en la Argentina.
El reclamo por desempolvar el Consejo Económico y Social surgió de la CGT, un aliado imprescindible para el Presidente en el próximo desafío de las elecciones del año próximo donde se juega un partido fortísimo en cuanto a los equilibrios de la coalición gobernante que tuvieron crujidos en los últimos días.
Por ejemplo, con el aumento a los jubilados que se ganó una carta de reproche por parte de la sede de Azopardo, con la que finalmente el Presidente cerró heridos en un asado peronista que organizó en la residencia de Olivos. El Gobierno se había cortado solo con la suba a los jubilados que en la lectura de muchos en realidad fue un recorte. Ahora, el Congreso le hizo modificaciones y, finalmente, el aumento del 5% para los haberes de diciembre no se descontará luego y las futuras subas serán trimestrales en lugar de únicamente dos por año.
En este tironeo por lo que vendrá y perfilando el terreno electoral del 2021 se enmarca la nueva pelea por los fondos porteños. Esta semana, Diputados ratificó el recorte de fondos que dispuso la Nación para financiar los aumentos salariales de la policía bonaerense. El jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, consideró que desde Balcarce 50 lo quieren asfixiar y recurrirá nuevamente a la Justicia.
Mientras todo esto pasa, un sector del kirchnerismo sugirió que la autonomía de la Ciudad podría reverse; golpe al corazón del PRO, que aún analiza a quién ungirá como candidato para pelear en el barro de la política. De hecho, Larreta no acudiría a la convocatoria de Fernández con todos los gobernadores para relanzar el acuerdo fiscal que les permitiría a los 24 gobernadores volver a sortear la reducción de impuestos a la que se habían comprometido en 2017.