Aunque falten dos meses para fin de año, la verdad es que la situación es tan particular que las empresas ya dan por cerrado el 2020 en el sentido de que las esperanzas por tener un vacuna a fin de año se desvanecieron y por lo tanto ya todos descuentan que la crisis será más prolongada de lo que se imaginaba al comienzo de la etapa de aislamiento.
Será un año letal para el nivel de actividad, que de acuerdo con la consultora Abeceb o el estudio Fererres por ejemplo estarán en torno al 12% el PBI, la caída más tremenda de 1890. Para la CGT lo peor de la crisis se está transitando ahora en cuanto a la dificultad de trabajar de los sectores más vulnerables o lo que están directamente fuera del sistema de contratación en blanco. De todos modos, lamentablemente el impacto de la crisis a nivel empleo todavía no llegó; es decir no se habría visto lo peor en cuanto a pérdidas de puestos de trabajo que se sostienen en las grandes compañías de la mano de los decretos que prohíben los despidos. Sin embargo en las empresas sobre todo pymes que ya cerraron o los profesionales independientes que se quedaron sin trabajo, las cifras alarman. Salvo las tecnológicas o las denominadas industrias del conocimiento que sí tomaron empleados durante la pandemia, en los otros sectores las plantillas se mantuvieron estables.
Entre las automotrices, compañías de servicios públicos, industrias en general y alimenticias ya descuentan que la convivencia con el Covid-19 y los protocolos estarán largo rato. Y rearman sus unidades de negocios pensando en el trabajo a distancia y las ventas virtuales. Por ejemplo, en estos sectores ya se reorganizan para que entre el 40% o el 60% del personal según las dinámicas de cada caso en particular continúe trabajando desde sus casas. Incluso hay empresas que ya anticipan ventas de oficinas, pisos enteros o incluso edificios completos que en esta nueva normalidad no tendrían razón de ser.
En el comercio también se preparan para los desafíos que impone el nuevo consumidor digital. Una encuesta reciente de KMG reveló que hay un nuevo consumidor con “sabiduría digital” y sólo un 9% de las personas encuestadas en 12 países por esta consultora admitieron que seguirán usando efectivo para comprar en el futuro, el resto prefiere hacerlo de modo virtual y así seguirá haciéndolo cuando pase la pandemia.
En definitiva, como dice el refrán en los momentos de crisis surgen nuevas oportunidades y eso parece estar dándose en la Argentina aunque evidentemente aquí conviven diversas y múltiples dimensiones. También todo esto ocurre en momentos en que la fuga de divisas parece imparable, la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el blue, también y cuando el equipo económico parece no lograr inspirar con sus medidas mayor confianza y un cambio de expectativas. Por ahora, la suerte del 2020 parece echada pero el año que comenzará implicará como dicen los chiques “ponerse las pilas”.