El presidente, Alberto Fernández, lanzó personalmente el Consejo Económico y Social, que había prometido en campaña y que la pandemia demoró su constitución en poco más de un año. Lo esperaban y lo reclamaban todos los sectores y llegó en el momento justo para el Gobierno que enfrenta temblores y renuncias por la política de vacunación y la extensión del daño económico del coronavirus en la Argentina. Este Consejo apuntará a políticas de mediano plazo pero, sin dudas, servirá para marcarle el paso a la contención de la inflación y al crecimiento económico.
A lo mejor se convierte en lo práctico más en un gesto político que en una usina de medidas macroeconómicas per se. Pero, sin dudas, servirá para contener las crecientes tensiones dentro de la coalición del Gobierno en torno al rumbo económico que debe tomarse. En el empresariado crecen las quejas por los consensos o diálogos que se logran en la Casa Rosada y lo que, efectivamente, luego surgen en la redacción de las normativas, más teñidas de ánimos ideológicos. Es el caso, por ejemplo, de las imputaciones a 12 alimenticias por parte de la Secretaría de Comercio. Una medida que tomó por sorpresa al sector, así como las inspecciones de las organizaciones sociales en las góndolas, que el ministro de Economía Martín Guzmán, le habría prometido a las compañías que no ocurriría.
La clave para redefinir el rumbo desde la perspectiva del sector privado sería el acuerdo con el Fondo Monetario que podría encorsetar el gasto público, un reclamo insistente por parte de las compañías así como lo es también la alta presión impositiva. Volviendo a las alimenticias, allí como en un mayoritario sector del campo, aseguran que el Gobierno quiere buscar un culpable para la incesante suba de los precios en alimentos y bebidas.
Lo que pase con la inflación y la economía este año será troncal para definir la segunda mitad del año, cuando se realizarán las elecciones de medio término. Un informe de IERAL (Fundación Mediterránea) señaló que un 25% del valor agregado de la economía depende de la eficacia que tenga la campaña de vacunación contra el Covid. Si bien en noviembre se vieron algunos sectores que repuntarán el nivel de actividad respecto del inicio de la cuarentena dura en el 2020, otros aún necesitan la inmunización para reponerse a pleno. Minas y canteras, administración pública, turismo, hotelería, enseñanza, comunicación, pesca y restaurantes. Es decir que un 25% del PBI está en juego sino existe una campaña de vacunación rápida y efectiva para inmunizar a la sociedad.
No es un problema excluyente de la Argentina; también son cálculos económicos y sanitarios que se realizan en otras naciones pero en el caso de la Argentina será troncal porque se trata de uno de los países latinoamericanos con mayor caída en su PBI por efecto de la pandemia en el 2020. Se calcula que será un derrumbe de 10,5% y el equipo económico espera una recuperación del 5,5% para este año y para que eso ocurra, será imprescindible que toda la economía tome velocidad.