InicioMundoDescubren fosa común de hace 7.000 años con esqueletos decapitados

Descubren fosa común de hace 7.000 años con esqueletos decapitados

La localidad eslovaca de Vráble ha sido el escenario de un descubrimiento sorprendente. Durante unas excavaciones en el yacimiento de Vráble-Ve`lke Lehemby, un equipo de arqueólogos alemanes y eslovacos ha sacado a la luz lo que podría ser una fosa común neolítica que contenía los restos de 38 individuos, todos ellos decapitados excepto un niño de corta edad

El antiguo asentamiento de Vráble-Velke Lehemby, en la actualEslovaquia, estuvo habitado entre los años 5250 a.C. y 4950 a.C. y fue uno de los más importantes del Neolítico temprano en Europa Central. Durante varios años, Vráble-Velke Lehemby ha sido el epicentro de distintas excavaciones arqueológicas (que han sacado a la luz numerosos enterramientos) llevadas a cabo por arqueólogos del Centro de Investigación Colaborativo (CRC) de la Universidad de Kiel (CAU), en Alemania, y el Instituto Arqueológico de la Academia Eslovaca de Ciencias (Nitra).

Pero durante el pasado 2022, los investigadores hicieron allí un espectacular descubrimiento. Localizaron una zanja que rodeaba el asentamiento y que contenía al menos los restos de 38 individuos. Los esqueletos estaban en buen estado de conservación, pero presentaban una sorprendente peculiaridad: a excepción de un niño pequeño, a todos les faltaba la cabeza.

La pregunta inevitable fue: ¿Cómo, cuándo y por qué les cortaron las cabezas a estas personas? “Supusimos que encontraríamos más esqueletos humanos, pero esto superó todas nuestras expectativas”, ha declarado respecto al hallazgo Martin Furholt, director del equipo arqueológico.​​​​

Las posiciones de los esqueletos

El asentamiento neolítico de Vráble-Ve`lke Lehemby estaba formado por 313 casas repartidas en tres aldeas vecinas, y al menos 80 casas estuvieron habitadas a la vez. Las tres estaban rodeadas en su lado sudoeste por una zanja doble de 1,3 kilómetros que separaba una aldea de la otra. En algunas zonas se levantaron algunas empalizadas, aunque, en opinión de los arqueólogos, no se trataba de un sistema defensivo, sino que muy posiblemente se construyó para delimitar el área de cada aldea.

Los esqueletos localizados en la zanja estaban repartidos en un área de unos 15 metros cuadrados y colocados en diversas posiciones: uno encima del otro, boca abajo, boca arriba con las extremidades extendidas… lo que hace pensar a los arqueólogos que la mayoría fueron arrojados sin ningún tipo de cuidado. Además está el hecho de que no han aparecido las cabezas. “En las fosas comunes con una ubicación poco clara, la identificación de un individuo generalmente se basa en el cráneo, por lo que para nosotros el hallazgo de este año representa una situación de excavación particularmente desafiante”, ha señalado Furholt.

¿Por qué les cortaron la cabeza?

De este modo, fue durante los trabajos de recuperación de los cuerpos cuando a los arqueólogos les surgieron un sinfín de preguntas: ¿Fueron estos individuos asesinados violentamente, quizá decapitados? ¿Cómo y cuándo les cortaron la cabeza? ¿La decapitación tuvo lugar solo después de que los cadáveres se hubieran descompuesto? ¿Cuál fue la causa de sus muertes? ¿En qué orden fueron colocados en la zanja; tal vez pudieron haber muerto al mismo tiempo? Finalmente, los investigadores han podido dar respuesta a algunas de estas cuestiones.

“Varios huesos individuales fuera de posición anatómica sugieren que la secuencia temporal podría haber sido más compleja. Es posible que los cuerpos ya esqueletizados fueran empujados hacia el centro de la zanja para hacer espacio para otros nuevos. En algunos esqueletos se conserva la primera vértebra cervical, lo que indica una extracción cuidadosa de la cabeza en lugar de una decapitación en el sentido violento del término. Pero todas estas son observaciones son muy preliminares y aún deben confirmarse con más investigación”, ha explicado Katharina Fuchs, antropóloga de la Universidad de Kiel.

¿Fue un sacrificio ceremonial?

Otro aspecto importante de la investigación es averiguar más acerca de los individuos allí enterrados y conocer, por ejemplo, si tenían una edad similar, si estaban emparentados entre ellos o con los habitantes de otras aldeas, qué alimentos consumían o cuál fue el tratamientos social de los difuntos. Para resolver todas estas cuestiones, el equipo tiene previsto realizar análisis osteológicos y de ADN, además de pruebas de datación por radiocarbono y análisis de isótopos estables.

Puede parecer obvio asumir una masacre con sacrificios humanos, quizás incluso en conexión con ideas mágicas o religiosas. Los conflictos bélicos también pueden desempeñar un papel, por ejemplo, los conflictos entre distintas comunidades o incluso dentro de este gran asentamiento. ¿Estas personas fueron víctimas de cazadores de cabezas o practicaban un culto especial a la muerte que no tenía nada que ver con la violencia interpersonal? Existen muchas posibilidades y es importante permanecer abierto a nuevos conocimientos e ideas. Pero es indiscutible que este hallazgo es absolutamente único para el Neolítico europeo hasta el momento”, ha señalado Maria Wunderlich, de la Universidad de Kiel, que también participa en el proyecto. Los investigadores están convencidos de que las futuras investigaciones lograrán resolver este increíble misterio prehistórico.

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