La disuelta organización guerrillera FARC reconoció hoy la autoría de los dos atentados contra el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, miembro del gobierno de Juan Manuel Santos con el que firmaron la paz en 2016.
“Reconoceremos ante las instancias de verdad, los dos atentados que las FARC-EP planearon y ejecutaron contra su vicepresidente Germán Vargas Lleras, a quien pediremos perdón con humildad”, dijo Rodrigo Londoño, alias Timochenko, quien fuera el máximo jefe de esa organización guerrillera.
Londoño preside actualmente el partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), formado tras los acuerdos de pacificación hace cuatro años, y que heredó la sigla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.
Londoño recordó que las ex-FARC habían reconocido anteriormente su responsabilidad en seis homicidios, incluido el del excandidato presidencial conservador Álvaro Gómez en 1995.
Con el fin de “aportar verdad, establecer los hechos ocurridos y asumir tempranamente la responsabilidad”, la carta enviada a la justicia de paz de Colombia y divulgada el 3 de octubre de este año, destacaba el asesinato de Gómez, ocurrido en Bogotá en 1995, así como también el del general retirado del Ejército Fernando Landázabal, en 1998, y el del exconsejero de paz Jesús Antonio Bejarano en 1999.
El primer atentado contra Vargas Lleras ocurrió el 13 de diciembre de 2002, cuando ejercía como presidente del Senado. El dirigente político abrió un supuesto regalo que en su interior contenía una carga explosiva que al detonar le destrozó tres dedos de su mano izquierda y le causó quemaduras, informó a agencia de noticias ANSA.
El 12 de octubre de 2005 detonó en Bogotá un coche-bomba y Vargas Lleras salió ileso aunque nueve de sus guardaespaldas resultan heridos.
Tanto las FARC como grupos mafiosos estaban entre los sospechosos de ambos atentados.
Vargas Lleras secundó a Santos en su segundo mandato, a partir de 2014 y pese a sus reparos y dudas siempre fue defensor del acuerdo de paz con las FARC, que el gobierno al que perteneció impulsó y concretó.
La verdad sobre los atentados contra el político estaba contenida en la carta de Londoño, difundida hoy y dirigida al expresidente Santos, a propósito de la marcha de cientos de excombatientes a Bogotá para alertar al gobierno sobre los crímenes de los que están siendo objeto.
En su misiva, el antiguo jefe rebelde aseguró saber de qué “lado” estaría Santos en la defensa de su “obra”, tras cuestionar el referendo sugerido por el expresidente Álvaro Uribe, que propone acabar con la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), el tribunal creado para juzgar los crímenes de medio siglo de guerra y pilar fundamental de la pacificación.
Según el documento de Uribe, las funciones de la JEP pasarían a la justicia ordinaria manteniendo los beneficios judiciales solo a los integrantes de las Fuerzas Armadas colombianas.
“Nosotros también tenemos una deuda con usted y su Gobierno, desde que firmamos el Acuerdo, sabíamos que llegaría este momento y vamos a saldarla en aras del cumplimiento del mismo”, manifestó Londoño a Santos.
El comisionado para la Paz, Miguel Ceballos, reclamó respeto con la JEP al argumentar que es ese el único espacio válido para que los antiguos rebeldes confiesen sus crímenes.
“Las comunicaciones que se hacen de manera informal, dirigidas a terceras personas que no hacen parte de la JEP de ninguna manera satisfacen el derecho que tiene las víctimas a la verdad, y de ninguna manera cumplen con los compromisos y obligaciones del acuerdo de paz”, manifestó Ceballos.
En su mensaje, Londoño se anticipó a los dichos del gobierno y advirtió que los ex combatientes comparecen “honradamente a la JEP y la Comisión de la Verdad” donde han reconocido “responsabilidades conforme a la palabra empeñada”, al tiempo que reclamó que “los otros actores del conflicto también aporten verdad al sistema”.