Certificados de vacunación, tapabocas, ventanas abiertas y un distanciamiento ligeramente más flexible que el año pasado. Y los profesores, en su mayoría, en el aula desde los primeros días ya que fueron nombrados de planta permanente un gran porcentaje de los que aún eran precarios.
De esta manera comenzó la escuela en el tercer año escolar de la pandemia. Las medidas de seguridad fueron básicamente confirmadas, aunque si lo comunidad escolar ya tiene la vacuna.
El reto: no volver a la Didáctica a Distancia -DAD-.
Hoy, el ministro de Educación, Patrizio Bianchi, expuso en el Parlamento el plan de regreso a clase con normas de seguridad en el que ha estado trabajando todo el verano.
La principal medida de defensa contra el virus sigue siendo el tapabocas: “En el banco, la mascarilla quirúrgica es indispensable cuando no es posible la distancia de un metro; se recomienda encarecidamente en todas las situaciones”.
La posibilidad discutida el jueves pasado entre los ministros de Educación Bianchi y el de la cartera de Salud Speranza de retirar el tapabocas cuando en una clase están todos los alumnos vacunados, posiblemente sólo en los colegios secundarios, todavía no puede ser posible. La propuesta lanzada especialmente por el ministro de Educación generó mucha polémica y no logra convencer al comité científico COVID que hasta ahora ha encontrado más dudas que esperanzas: desde los directores de escuela, los padres e incluso los expertos de la pandemia, piden precaución y esperar un tiempo para evaluar el inicio con el total de la población escolar de manera presencial.
Plataforma innovadora
En cuanto a la obligación del certificado de vacunación para los docentes y el personal no docente, hoy se inauguró una plataforma coordinada por los ministerios de Educación y Salud para el control automático -por parte de los directores-y poder saber quién está inoculando.
Esta plataforma innovadora permite cruzar los datos de la vacunación con los de los profesores asignados a cada escuela. El director tendrá que pedir un certificado sólo a los que no estén cumpliendo con las reglas. Si no tienen el “green pass” como se llama el certificado de vacunación en Italia, no podrán entrar al colegio y serán considerados ausentes injustificados: a la quinta ausencia, aunque no sea consecutiva, serán suspendidos de sus funciones y sueldo.
En cambio no es obligatorio el certificado de vacunación para los estudiantes, ya que 2 de cada 3 alumnos están vacunados como también el 93 % de los docentes.
En todas las grandes ciudades como Milán, Roma, Bologna, los estudiantes de las escuelas secundarias se turnan para entrar y salir de los establecimientos educativos con horarios escalonados, esto sirve para reducir la congestión en los autobuses y trenes. También desde la flamante plataforma innovadora se permite a los directores de escuela seguir los flujos de sus alumnos en los medios de transporte públicos.
La gestión de los contagios en el aula
Las normas del protocolo prevén una cuarentena de 10 días para los no vacunados y de 7 días para los vacunados, al final de la cual, tras un hisopado y una certificación, pueden volver a clase.
Es una de las normas más polémicas porque obligaría a una enseñanza mixta (didáctica presencial y a distancia) durante los tres días en que los vacunados están en clase y los demás no.