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miércoles, abril 17, 2024
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OPINIÓN: Berni y el fantasma de Arslanian

La opinión de un lector sobre el accionar del actual ministro de Seguridad bonaerense y sus similitudes con la política de "perseguir y sancionar policías" en la gestión de Felipe Solá

Cuando leí la noticia de que el ministro Berni se presentó de incógnito en una comisaría de Zárate, sentí que algo me venía a la memoria. Pero, no pude identificar qué era.

Luego, al llegarme noticias de que lo mismo estaba pasando en Brandsen y varias comisarías más, el recuerdo se aclaró inmediatamente: el fantasma de Arslanian.

Para aquellos que son jóvenes, y no lo vivieron, déjenme hacer un poco de historia. En el año 2004, el gobernador Felipe Solá -cuyo ministro de seguridad es el Dr. Arslanian- cambia la Ley de Policía vigente por la 13.201, cambiando toda la estructura de la institución policial bonaerense y, fundamentalmente, la manera de sancionar policías.

Entre muchos cambios, como las disponibilidades y prescindibilidades, se crea la “Unidad de Inspección Operativa” con el sólo obvio objetivo de perseguir policías. No es casualidad que simultáneamente se creaba la denominada “Policía de Buenos Aires II”, una clara intención de desmantelar la existente institución para generar una nueva.

Lo cierto e importante es que, desde aquel 2004, el foco de la política del Ministerio parece estar en el control, la vigilancia y el castigo a sus subordinados, y no al combate del delito, como debería ser.

Luego del “Ministro de las purgas” Arslanian, vino la gestión Scioli, y un nuevo cambio de estructura que dejó sin efecto muchos de los anteriores. El nuevo paradigma era la “policía de proximidad” o Policía Local. Otro cambio que no logró los resultados esperados, y una administración que pasaba sin pena ni gloria.

Con los índices de inseguridad por las nubes, asume la gestión Vidal, enarbolando las viejas banderas de la repetida purga y la profesionalización. Resultando, cuatro años después, en mucha purga y de profesionalización poco y nada. 40.000 sumarios abiertos, la mayoría de los cuales todavía no tienen resolución.

Y así llegamos a nuestros días con la gestión Berni, quien nuevamente cambia toda la estructura de la policía. Y, en estos días visita de incógnito una comisaría de Zárate, al tiempo que la misma operación se desarrollaba en varias comisarías más. Todas con un sutil aroma a las antiguas prácticas de la “Unidad de Inspección Operativa”.

Es la Institución de la Policía Bonaerense la herramienta más importante que tenemos para la lucha contra la delincuencia. Sin embargo, una y otra vez, los cambios que se proponen son para continuar con el hostigamiento y vigilancia de sus efectivos, como si estos fueran el problema y no la verdadera solución.

“Mucho ruido y pocas nueces”, reza el dicho popular; es hora de ponerse a trabajar en serio, alineando los recursos en pos de combatir la delincuencia, el cual debe ser el único y primordial objetivo de todo Ministerio de Seguridad moderno.

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