Carga sobre sus hombros el apellido más célebre de la historia policial argentina: Meneses. Cuando lo nombran, cualquier ávido lector de crónicas policiales inmediatamente recuerda legendarios capítulos de las crónicas de los diarios de los años ´50 y ´60. O tal vez las historietas que se publicaban para destacar las detenciones que hacía el entonces jefe de Robos y Hurtos de la Policía Federal, Evaristo Meneses. Pero este otro Meneses, aunque también policía, es la contradicción del comisario de la Federal. Fue detenido tras nueve allanamientos acusado de planificar robos que luego eran cometidos por delincuentes comunes en la ciudad de Bahía Blanca.
Se trata del subteniente Carlos Octavio Meneses (41), quien prestaba servicio en el Comando de Patrullas bahiense y actualmente se encontraba de licencia por motivos de salud y de quien se desconoce si tiene algún grado de parentesco con el destacado comisario. Era investigado desde noviembre del año pasado. Además, por las tareas de rigor donde se secuestraron armas y municiones también quedaron presos sus presuntos cómplices, Federico Martín Sgattoni y Axel Cejas.
El apellido Meneses, como se dijo, tiene mucho peso dentro de la Policía. Don Evaristo murió subsistiendo de su magra jubilación en su casa de Mataderos, cuando su nombre ya era leyenda. Las crónicas de la época contaban que, con su estilo duro y su imagen parca, había logrado capturar a los mayores delincuentes de entonces: Jorge Villarino (el Rey del Boleto), Manuel “Lacho” Pardo, El Loco Prieto, José María Hidalgo, el Mono Paz y Juan José “Pichón” Laginestra, entre otros. Y en aquella Buenos Aires había logrado un récord: en cinco años, 1.117 robos esclarecidos.
El Meneses poliladron
Pero este Meneses, el subteniente de la Bonaerense, tenía otra actividad, era un “poliladron”. Según indicaron los voceros, tres de los nueve allanamientos ordenados por el fiscal Mauricio del Cero estuvieron vinculados con una causa por asociación ilícita que, de acuerdo a la pesquisa, estaría liderada por Meneses, quien presuntamente hacía ejecutar por terceros robos a mano armada.
En ese sentido, los investigadores establecieron que el policía proveía a los delincuentes de elementos como chalecos, handies y datos sobre las víctimas, y que luego liberaba las zonas en las que estaba asignado para llevar a cabo recorridas o sobre las que conocía el movimiento de los patrulleros en las cuadrículas de control.
Además, creen que Meneses solía planear los hechos junto a un joven de 19 años, que se encuentra prófugo y hasta esta mañana era intensamente buscado por la Policía de la provincia de Buenos Aires. Fue identificado como Daniel Pedro Silva Beroisa, quien pese a su corta edad contaría con varios antecedentes penales y sería el socio del “poliladron”.
En tanto, como resultado de los seis operativos restantes dos hombres fueron detenidos y acusados por infracción de la “Ley de Drogas”, agregaron las fuentes.
El expediente
Los procedimientos fueron llevados a cabo tras una orden de la jueza de Garantías 3, Susana Calcinelli, y su par del Juzgado 2, Guillermo Mercuri, y estuvieron a cargo de personal de la Policía Federal (PFA), en conjunto con personal del área de Drogas Ilícitas de la Policía bonaerense, de la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) y del Grupo de Apoyo Departamental (GAD), entre otros.