Lautaro Romero salió del colegio y se dirigió a la estación de General Rodríguez, como hacía todos los días. Mientras respondía a su mamá, que le preguntó si iba a trabajar al día siguiente, un delincuente lo atacó por la espalda para robarle el celular y lo apuñaló.
El suceso tuvo lugar en una esquina de las calles Caseros y Estrada, donde un hombre se acercó al chico para robarle su teléfono. Tras intentar escapar, Romero recibió tres puñaladas letales por detrás. Fue asistido por vecinos y trasladado de urgencia al Hospital Vicente López y Planes, donde falleció poco después debido a las lesiones sufridas.
Después de analizar las cámaras de seguridad, la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) realizó un allanamiento en un domicilio cercano y detuvo a un joven llamado Aaron Taborda como sospechoso de haber cometido el asesinato. Taborda, quien solía trabajar con el hermano mayor de Lautaro en una empresa de recolección de residuos, fue acusado de “homicidio criminis causae”.
Al salir esposado de la casa, algunos vecinos le gritaron a Taborda “ojalá que te pudras en la cárcel” y “Justicia por Lautaro”.