Diego Antonio Molina, el empleado de la funeraria que indignó a la sociedad al viralizarse una foto que se sacó al lado del cuerpo de Diego Armando Maradona, se presentó acompañado por un abogado en una comisaría y quedó imputado en una causa contravencional que investiga la justicia porteña.
Este expediente tiene a otros dos acusados: Claudio Fernández y su hijo Ismael. En el caso de Molina, de quien se desconocía el paradero, habían corrido miles de versiones con viralizaciones, que no eran ciertas, de posibles agresiones que pudo haber sufrido. Molina entró esta madrugada en la comisaría 15A, lo notificaron y se marchó a su casa.
La fiscalía Contravencional 24 abrió un expediente por infracción al artículo 70 del Código Contravencional y ordenó allanar la cochería fúnebre y los domicilios particulares de los acusados. Cabe aclarar que las contravenciones tienen penas excarcelables, por lo que nunca irán presos.
Uno de los operativos de anoche se hizo en Gavilán al 1.700, donde vive Fernández. Los restantes en la casa de sepelios Pinier y en la sala velatoria contratada por esa empresa en Tres Arroyos 1.510 y donde se hizo la ceremonia privada de Maradona.