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Cayó Weng Wuyi, el integrante de la mafia china que extorsionaba a sus compatriotas

Pedía 30.000 dólares por año para que supermercadistas puedan seguir trabajando, circulaba en un Mercedes Benz gris y hacía advertencias previas: Primero dejaba una nota con un teléfono, si no había respuestas disparaba “al paso” y si el pago no llegaba tiraba granadas en los autoservicios. Las pruebas en su contra son categóricas, antes de ser arrestado intentó escapar corriendo por los techos del barrio de Saavedra

Weng Wuyi tiene 43 años, nació el 30 de Septiembre de 1978 y está en Argentina desde el año 2008. Tiene una larga carrera delictiva que se inició en su país natal, China. Se crio en la provincia de Fujian ubicada a pocos kilómetros de Taiwán. De joven se unió a una asociación criminal aún vigente conocida como “Panda” que incluso se instaló en nuestro país en la década de los 90, arribó luego de la ley de convertibilidad, cuando muchos ciudadanos chinos vieron en la Argentina un territorio fértil para los negocios, muchas familias llegaron para quedarse. Los grupos fueron creciendo y empezaron a surgir los problemas por territorios y dinero, en ese marco los conflictos entre facciones suelen resolverse de manera violenta.

Weng Wuyi hizo una carrera criminal en nuestro país, es un nexo entre la mafia china instalada en CABA con grupos que operan en el sur del Conurbano bonaerense. Otras facciones han sido conocidas por sus ajustes de cuentas, estos grupos que siguen activos, se dan en llamar “Amistad y Pixiu”, Panda es tan solo otra organización que también tiene “fichas” y “jugadores” afuera, cuentan con colaboradores en Taiwán y en Hong Kong.

En 2018 Wuyi fue arrestado por la Policía Federal por el delito de defraudación, ya que le hallaron documentación falsa. Se armó una causa que tiene un tinte más administrativo que penal y no hay cargos graves por esos hechos, en conclusión pudo seguir cometiendo delitos y fortaleciendo su estructura.

Los aprietes y la investigación

El método que usan estos grupos mafiosos no es complejo: “o pagas renta para seguir trabajando en este territorio o te vas”, el apriete es constante aunque gradual. Al comerciante extranjero que abre un supermercado tanto en la zona sur del Conurbano como en algún sector de CABA le llega un papel con un número de teléfono y un pedido para que pagué al menos 30.000 dólares y así poder seguir trabajando, “la renta” es anual y se cobra por el uso del territorio.

Si pasan varios días y no hubo comunicación, se viene el segundo aviso que consiste en disparar adentro del local para luego fugarse. La mano de obra para estos “trabajos” no siempre es china, en ocasiones contratan a delincuentes de barrio o barras de clubes, se trata de “un susto por encargo”.

La extorsión bajo el uso de la fuerza y las amenazas agravadas no han sido la única línea que siguió Wuyi en estos años, para conseguir dinero también se sumó al armado de mesas clandestinas de juego en bazares y se incorporó al negocio de la venta de estupefacientes. En cuanto a las comunicaciones, la comunidad china en Argentina se mensajea por la aplicación We-Chat lanzada al mercado en el año 2011, cuenta también con una billetera virtual y es por esa via que las extorsiones también eran posibles ya que las mismas eran cobradas bajo un circuito digital interno de la comunidad.

Los antecedentes y el seguimiento

En septiembre de este año el Weng Wuyi fue detenido y procesado por el delito dePortación de Arma de Uso Civil y Tenencia para consumo de Estupefacientes”, dos abogados lo representaron y lograron que recupere la libertad, el beneficio le fue concedido el pasado 7 de octubre bajo el pago de una caución juratoria y la condición de cesar en su actividad hostil hacia otros comerciantes. Esto no ocurrió y el implicado fue por más.

El fiscal Martin Rodríguez a cargo de la UFI 6 de Avellaneda-Lanús le pidió a la policía que haga un estricto y minucioso seguimiento sobre Wuyi y su entorno, durante varias semanas policías de la Dirección de Investigaciones contra el Crimen Organizado montaron vigilancias encubiertas y constantes sobre el imputado.

Vigilaron su domicilio día y noche al tiempo que monitorearon la actividad en los comercios sobre los que tenia influencia y sobre los que quería incidir. Los investigadores vieron que Weng Wuyi se movía a bordo de un vehículo Mercedes Benz gris, en ocasiones lo hacia en taxis y remises aunque también utilizaba transportes públicos, creen que sospechaba sobre los seguimientos que la hacía la policía.

Su ruta semanal oscilaba entre: el ocultamiento y el manejo de armas de fuego, la dirección del negocio de la droga, el apriete a comerciantes y la organización del juego clandestino. ¿A qué juegan los chinos para apostar?: “Al Mahjong”, respondió un investigador.

Los allanamientos:

Terminadas las tareas de seguimiento e inteligencia, la policia por medio del área de Enlace Interpol del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, volcó entre las autoridad judiciales fotos y videos que comprometían al investigado. El juzgado de Garantías Nº 1 de Avellaneda-Lanús a cargo de Brenda Leticia Madrid se convenció de que los elementos que había en el caso eran suficientes para ordenar cuatro allanamientos y para pedir la detención del acusado.

Tres órdenes de registro se hicieron en CABA y la restante en el Conurbano Sur de PBA.

La Policia Federal se sumó a los operativos y los agentes irrumpieron en el domicilio de Weng Wuyi ubicado en el barrio de Saavedra sobre la calle Congreso al 1419 entre Mariano Acha y Lugones.

Wuyi sabía que podían ir a buscarlo y al escuchar un ruido violento salió corriendo para fugarse por los techos, lo vieron por los drones y junto a policías de la Ciudad lograron cercarlo con 10 patrulleros para evitar su fuga. Pudieron detenerlo y ponerlo a disposición judicial.

Los allanamientos fueron positivos, entre la lista de elementos de interés que obran en el expediente hay:

Estupefacientes: Metanfetamina (10 kilos), Opio, Crack, Parches de alucinógenos, Jalea THC (4 kilos), Semilla de marihuana (anestésicos de alta concentración), Heroína en pastillas, 70 tubos con goteros para la dosificación de heroína y su posterior consumo, 10.000 bolsas mini-ziploc para fraccionamiento (con dibujos distintivo de Smiley y de Winipooh). “En la historia policial de nuestro país, no hay antecedentes de un decomiso similar en contra de la comunidad asiática”, contó un jefe policial.

Los investigadores estiman que cada gramo de metanfetaminas se vendía por una suma cercana a los 5.000 pesos, los 10.000 kilos incautados representan un estimativo de 280.000 dólares. La venta de drogas se hacia en un supermercado chino ubicado en Loma Hermosa sobre la calle Hugo del Carril al 8951, lo mismo ocurría en el supermercado “Prosperidad” de San Isidro ubicado sobre Labrador al 4454 del barrio de Nuñez, en el bazar de Avenida Corrientes al 5444 de CABA también se comercializaba droga al tiempo que se promovía el juego clandestino.

En la juguetería y bazar “Brother” la policia encontró una “falsa puerta” que llevaba hacia una sala de juegos. Allí encontraron seis habitaciones, cocina- comedor con dos baños, y una sala adaptada para realizar apuestas ilegales. A ese cuarto arribaban integrantes de la alta élite de la mafia china, estiman que los encuentros se hacían al menos dos días a la semana. La policia encontró cuadernos con anotaciones, una mesa de ruleta y otra de Mahjong, fichas, mesas de póker, naipes y dinero en dólares.

Los vecinos y comerciantes notaron movimientos irregulares en el bazar pero decidieron no meterse por temor a represalias.

En el interior del Mercedes Benz del líder de la banda, la policia incautó una pistola con balas calibre 22, otra arma de fuego similar sin proyectiles, bolsas con metanfetaminas, anotaciones, papeles y bolígrafos similares a los utilizados en los escritos amenazantes, dinero en efectivo, cinco petacas de whisky Criadores, y varios celulares con distintas líneas usadas para las amenazas.

Por último la justicia seguirá la ruta de contactos al peritar los teléfonos incautados y del dinero como así también el camino de la droga, en esa linea las autoridades buscarán saber si Wuyi era en definitiva el cabecilla de una banda o si respondía a una estructura mucho más grande.

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