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miércoles, abril 24, 2024
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Piden que la muerte de una mujer se investigue como un femicidio y acusan a su pareja

El sospechoso relató que cuando llegó a la casa “la encontró colgada”. Una vecina declaró que ese día escuchó gritos

Este miércoles, un gran número de vecinos de Gualeguay se movilizó, pidiendo justicia por Emilce Sombo y reclamando que el caso se investigue como un femicidio. Apuntan a su pareja, quien la llevó desvanecida al hospital el día de su muerte y dijo que “se colgó”. La mujer habría manifestado que tenía miedo justo el día anterior a su muerte: “Si me pasa algo, ya saben a quién culpar”, habría dicho a sus allegados.

La marcha fue convocada por familiares y amigos de “Emy”. Más de 8 cuadras de personas caminaron en forma pacífica por las calles de la ciudad entrerriana, con una concentraron inicial en la plaza San Martín y terminando el recorrido en la plaza Constitución. Entre las pancartas se podían leer mensajes como “Somos la voz de las que ya no están” y “Emy somos todas”.

A pesar del gran número de personas, cabe destacar la buena organización de la convocatoria, donde se remarcó y pidió constantemente el respeto de los protocolos sanitarios y el uso de barbijos.

Esas mismas calles hace exactamente 4 años, un 7 de abril de 2017, eran inundadas de vecinos que pedían Justicia por Micaela García -la joven violada y asesinada que cambió para siempre la forma de tratar los femicidios en Argentina con una histórica ley de capacitación sobre enfoque de género-.

Lo que se sabe

En un confuso episodio ocurrido en la mañana del sábado último en la localidad entrerriana de Gualeguay, una mujer fue llevada desvanecida a un hospital local por su pareja, donde constataron su muerte.

De acuerdo a la información brindada por fuentes judiciales de la ciudad, habría denuncias previas de violencia de género contra su concubino en un tribunal de familia y, horas antes, habría manifestado ante conocidos que le tenía miedo.

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A las 10:40 del sábado Emilce Sombo (32) fue trasladada en un vehículo particular hasta el Hospital San Antonio, donde nada pudieron hacer para salvarle la vida. Presentaba marcas en su cuello e ingresó en estado inconsciente. En un principio, tanto el relato de su esposo como los primeros peritajes forenses indicaron que se ahorcó dentro de la vivienda que compartían ambos en calle Mitre del barrio Molino de dicha localidad.

El marido relató que cuando llegó a la casa “la encontró colgada”. El informe preliminar de la autopsia avaló la mecánica de muerte, aunque también una vecina declaró que ese día escucharon gritos que provenían de la casa. Llamó la atención de efectivos que acudieron al lugar unas manchas en una pared que podrían ser de sangre y que estaban siendo analizadas por la policía.

El día anterior, hubo una fiesta de cumpleaños a la que ella fue con su nene. Allí habría contado que era violentada por su pareja y les manifestó a los presentes: “si me pasa algo, ya saben a quién culpar”, según dijeron algunos concurrentes que hasta el momento no habían sido citados a declarar formalmente en el expediente.

Además, en esa misma reunión habría dicho que “le enseñó a su hijo a llamar al 911, por si algo malo le sucedía”. Es más, en la madrugada previa a la muerte, hubo una llamada a la policía: una patrulla fue a la vivienda, el agente calmó a la pareja y se retiró del lugar; tal y como expresó una fuente con acceso a la causa.

Una fiscalía penal de turno, a cargo de María Delia Ramírez Carponi, dispuso el secuestro de los teléfonos celulares de la víctima tanto como de su pareja para recabar información que podría ser clave para la causa.

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