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viernes, abril 19, 2024
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Secuestran y asesinan a un cobrador colombiano en una localidad de Santa Fe

Geovany Herrera León, de 44 años, había sido secuestrado el martes a la tarde. Su hermana no abonó y lo mataron. Ocurrió en Venado Tuerto

El cadáver calcinado de un colombiano de 44 años apareció este miércoles a la mañana en las afueras de la ciudad de Venado Tuerto. Según trascendió, el hombre había sido raptado horas antes por personas que pidieron un millonario rescate que no habría sido pagado. Al parecer hacía poco que la víctima había llegado a la ciudad y trabajaba con una hermana en la cobranza de préstamos a comerciantes que realiza la mujer, según sostuvo al denunciar la desaparición horas antes del hallazgo. Por el hecho fueron detenidos cuatro hombres, aunque uno de ellos –padre de otro de los sospechosos– fue liberado ya que al parecer no tiene relación con el episodio.

El cuerpo de Geovany Herrera León fue hallado a las 6.30 de este miércoles en Esteban Maradona y Chaco. Al parecer el hombre fue asesinado por asfixia y su cadáver fue llevado hasta el lugar donde lo apoyaron sobre dos cubiertas y le prendieron fuego. Los investigadores entienden que el hombre había sido “levantado” la tarde del martes mientras circulaba en su moto y llevado hasta un lugar, donde pidieron el rescate. Hasta la noche de este miércoles se ignoraba la razón por la cual decidieron asesinarlo.

El secuestro de Herrera León ocurrió la tarde del martes y horas después los captores pidieron un millón de pesos para liberarlo. El llamado extorsivo habría sido realizado desde el celular de la víctima al teléfono de su hermana, que -según declaró- en principio no le dio entidad porque pensó que “se trataba de una estafa telefónica”. Sin embargo, al pasar el tiempo y constatar que su hermano no regresaba decidió ir a la policía.

Según fuentes policiales, Geovany había llegado desde Colombia hace tres meses a vivir con su hermana y su marido. El hombre de 44 años comenzó a trabajar como cobrador de los préstamos que ella realizaba a varios comerciantes de la ciudad, trabajo del que anteriormente se encargaba otro hombre también de nacionalidad colombiana, que hace unos días regresó a su país.

Al denunciar su desaparición, pasadas las 23 del martes, la mujer contó que su hermano había salido alrededor de las 16 a realizar las cobranzas y sobre las 20 recibió un llamado vía WhatsApp desde el teléfono de Geovany. Cuando atendió escuchó la voz de un hombre con acento argentino que le decía que tenía secuestrado a su hermano, que no llamara a la policía y le exigió un millón de pesos para liberarlo o caso contrario lo matarían.

La mujer tuvo miedo y cortó la llamada. Al parecer no se atrevió a llamar a su hermano y así pasaron horas. Al notar que su hermano no regresaba comenzó a llamarlo, pero nadie contestó. La denuncia fue comunicada al fiscal en turno, Iván Raposo, que solicitó la intervención de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). A partir de los dichos de la mujer, se presume que los captores sabían que la hermana de la víctima se dedicaba al préstamo de dinero, ya que pidieron dinero en efectivo para su liberación. No se descarta que la información a los captores haya sido aportada por el colombiano que trabajaba para la mujer hasta que fue reemplazado por Geovany. Los sospechosos por el crimen de Herrera León fueron detenidos antes del hallazgo del cuerpo. La madrugada de este miércoles, sobre la 1.30, efectivos del Comando Radioeléctrico detectaron en un operativo de rutina una actitud evasiva de un joven de 22 años, a quien interceptaron para pedirle documentación de una moto Honda Wave negra con la patente arrancada. La moto pertenecía a una mujer y había un hombre autorizado a utilizarla: justamente Herrera León, quien desde hacía dos horas permanecía desaparecido con averiguación de paradero.

Así fue detenido Nahuel D., de 22 años. Luego el fiscal Iván Raposo pidió allanamientos en dos viviendas de Dimmer entre España y Almafuerte. En una secuestraron una escopeta y en otra un revólver calibre 32. Producto de los allanamientos fueron detenidos además Marcelo Luis D., de 49 años, y Aldo Joaquín V., de 27. El padre de éste también fue demorado unas horas por el hallazgo de un arma en su poder, pero luego recuperó la libertad.

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Según trascendió al cierre de esta edición uno de los sospechosos habría confesado la autoría del crimen y admitido que asfixió al colombiano.

Rosario: bandas de prestamistas que cobran un 360% anual

Desde hace unos años, más aún con la pandemia, trasciende la actividad de bandas de prestamistas usureros en los barrios de algunas localidades de la provincia. Se trata de grupos –a veces de colombianos– que se aprovechan de la incapacidad de su clientela para tramitar créditos en el sistema bancario y les prestan dinero con intereses tan altos que, en general, no hacen otra cosa que generar más deudas. Los hechos no suelen ser denunciados hasta que ocurren situaciones extremas, como un joven changarín que el año pasado resultó gravemente herido por un “cobrador” y así se develó el accionar de un grupo que trabajaba cerca del Mercado de Productores.

En 2021 se abrieron al menos dos expedientes judiciales con imputados. El 21 de enero los colombianos Gilnardo Antonio G.F., Fader Alexander G.L., Christian Camilo P.H. y Jairo Andrés R.M. fueron imputados de “usura crediticia agravada por habitualidad o profesionalismo”. El fiscal David Carizza los acusó tras la denuncia de una vecina de Gorriti al 5700 que era hostigada por prestamistas. La mujer había contraído un crédito de 50 mil pesos que debía devolver con el doble de ese monto.

La mujer devolvió 95.200 pesos en 34 cuotas. Cuando le quedaba por saldar una deuda de 5.600 pesos se presentó Fader Alexander y “mediante amedrentamientos” le ofreció refinanciarla. Así ese pequeño remanente se convirtió en una nueva deuda a pagar en 50 cuotas diarias de 4.260 pesos por un total de 214 mil pesos. A esa refinanciación que lógicamente generó más deuda, le siguieron otras tres ofrecidas por distintos prestamistas colombianos que llegaban al negocio de la víctima con la misma oferta. Finalmente la deuda original de 50 mil pesos creció hasta 1.200.000, según se expuso en la audiencia imputativa.

En abril del año pasado fue condenado un cobrador de otra violenta banda de prestamistas liderada por un ecuatoriano y con injerencia en la zona del Mercado. El colombiano Guillermo Bernal Albarracín, de 31 años, había sido detenido tras una escucha en la que contaba que lo había parado la policía cuando llevaba “como 35 mil” pesos para prestarle a una clienta. El hombre evitó esa detención gracias a una amiga policía, pero terminó cayendo preso luego y finalmente acordó en un juicio abreviado una pena de tres años de prisión condicional.

En este caso la investigación había comenzado tras el ataque a un changarín de 21 años que vivía en Vía Honda. El muchacho se había quedado sin trabajo en la pandemia y tomó un crédito de 8 mil pesos con la organización. Pero cuando se atrasó en el pago un día fue un hombre que tocó el timbre de su casa, preguntó por él y luego le apoyó un revólver calibre 38 en la panza. “Esto es de parte de los colombianos”, le dijo antes de dispararle y provocarle una grave lesión intestinal por la que deberá usar para siempre bolsas de colostomía.

Bernal Albarracín asumió su intervención en cinco hechos, entre ellos un préstamo de 100 mil pesos a devolver en una cifra exorbitante y otros créditos por 10 mil pesos, 14 mil y un contrato por 35 mil, todos con un interés compensatorio del 360% anual.

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