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Un héroe que salvó a un niño, víctima de la inseguridad institucional

Jonathan Herrera murió en circunstancias muy confusas en Corrientes. Tras vivir una década en la ciudad de Buenos Aires, había vuelto a su ciudad. Tras su muerte investigan a tres policías y a un médico

“Fue un héroe en vida y ahora que no está, lo sigue siendo. Salvó siete vidas”.

La frase pertenece a Tamara Castro, la hermana de Jonathan Herrera, el joven de 28 años que murió luego de un accidente de tránsito y un posterior episodio poco claro que involucra a tres policías y un médico.

El muchacho, padre de tres niños, falleció el pasado 14 de enero luego de haber chocado con su motocicleta en la localidad correntina de Alvear. Luego del accidente, fue trasladado al hospital por la Policía, pero el médico certificó que sólo tenía lesiones leves. Sin embargo, la autopsia indica que presentaba traumatismo de cráneo y lesiones en el cuerpo.

Tras su muerte, sus familiares donaron sus órganos. “Ahora puede ver la vida a través de los ojos de otra persona. Su corazón seguirá latiendo y así continúa vivo. Salvó siete vidas es un héroe, como lo fue en vida”, dijo su hermana.

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La mujer recordó un episodio en el que Jonathan rescató a un nene de 2 años que estaba solo en un balcón, un hecho que tuvo trascendencia mediática y que fue muy celebrado en Corrientes.

Ocurrió en 2013. Entonces, Jonathan tenía 21 años y trabajaba en un centro gastronómico ubicado en un edificio del microcentro porteño.

Un nene había sido dejado solo en un departamento y lloraba desesperado desde un balcón del primer piso que daba hacia la calle.

Un policía que estaba de consigna en esa cuadra alertó de la situación, pero Herrera, al notar la demora de bomberos, trepó con una escalera hasta lo alto de la vieja construcción y consoló al niño. Luego, lo tomó en brazos y bajó con él a la vereda.

El nene estaba solo. Su madre lo había dejado durmiendo y se fue a trabajar.

“Mi hermano fue un héroe en vida y lo sigue siendo. Sigue vivo en siete personas”, dijo Tamara.

Escape de la inseguridad

La muerte de Jonathan Herrera ocurrió nueve meses después de su regreso a la ciudad en la que nació en 1992.

Había vivido casi una década en el barrio porteño de Congreso, había trabajado en muchos oficios, hasta que se desempeñó como mozo, aunque “aprendió todo del rubro gastronómico, fue parrillero, ayudante de cocina, hizo cursos de pastelería y estaba capacitado para trabajar en cualquier trabajo”, contaron sus familiares.

El rubro de la gastronomía se vio afectada por la paralización de las actividades tras la pandemia. Esto llevó a que Jonathan se quede sin trabajo. Pero tras un hecho de inseguridad decidió volver a su provincia.

En abril del año pasado, cuando se organizó la “repatriación” de los correntinos varados en Buenos Aires, el joven volvió a la ciudad de Alvear, mientas que su pareja y sus hijos aguardaban la oportunidad de seguirlo.

Una vez allí se dedicó a hacer changas y fue así que pudo conseguir una vivienda donde recibió a su pareja y a sus hijos.

“Esa última tarde que nos vimos, estábamos organizando un emprendimiento: Jonathan iba a hacer postres y tortas, porque le gustaba mucho la pastelería; lo íbamos a ayudar a vender lo que producía”, contó su hermana Tamara.

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En la madrugada del 14 de enero pasado en la localidad correntina de Alvear, cuando Jonathan Alejandro Herrera, de 28 años, circulaba en una motocicleta. Cerca de las 02.55 chocó con otro motociclista, identificado como Ramón Buera.

Al lugar del accidente, se hizo presente una patrulla policial que trasladó a ambos heridos en el patrullero hasta el hospital local. Según la familia de la víctima, allí el médico de guardia Leandro Ortega, determinó que tenían lesiones leves y les recomendó a ambos permanecer en reposo.

Según la reconstrucción que pudo hacer la familia, del hospital de Alvear, los uniformados trasladaron a Buera hasta su casa. Al momento que ingresaba a su morada, escuchó gritos que provenían del patrullero dónde estaban los policías y Herrera.

Luego, a las 04.30 y sin motivo claro, Herrera fue llevado a la casa de un familiar lejano, en un barrio distante de su domicilio.

Cerca de las 07.30, Tamara Castro, hermana de Herrera se anotició, por medio un conocido que el joven se hallaba inconsciente en la casa de un vecino.

“Los policías lo habían bajado del patrullero y lo llevaron en hombros hasta el interior de la vivienda, porque no se podía sostener en pie”, contó Tamara. Cuando lo vio tirado en una cama, lo trasladó nuevamente al hospital en su camioneta.

El médico en turno, Roberto Ayala, determinó que el joven tenía fracturas en el cráneo y lesiones en todo el cuerpo.

Ordenó entonces que lo trasladen al Hospital Escuela José Francisco de San Martín, en la Capital correntina, donde falleció el día 23.

El otro motociclista también volvió al centro de salud. Cuando lo revisaron descubrieron que tenía rota la rodilla en tres partes.

“Pasaron dos semanas del accidente y ese muchacho no fue operado ni asistido, está ahí como el primer día del accidente. Esto lo sabe hasta el Ministro de Seguridad, ese muchacho necesita asistencia, pero nadie lo atiende”, denunció Castro.

Por el hecho fueron separados del cargo un oficial y dos suboficiales de la Policía de Corrientes, pero aún no declararon en el marco de la causa.

Félix Barbosa, Jefe de la Policía de Corrientes.

El Jefe de la Policía de Corrientes, Félix Barboza, informó que “se iniciaron actuaciones sumariales en la Policía por lesiones graves culposas de acuerdo al reporte y testimonio recabado por asuntos internos a quienes ordene personalmente que se dirijan a Alvear a instruir el sumario correspondientes”.

Pero luego respaldó a los uniformados sospechados, y cuestionó a la magistrada que interviene en la causa. “Considero que es un apresuramiento por parte de la jueza, dado que debía valorar otras cuestiones, los testimonios no indican nada, la policía asistió al joven y lo trasladó del hospital a un domicilio”, dijo.

El médico Leandro Ortega, en tanto, está sospechado de haber abandonado a sus pacientes con la excusa de que “no había luz”. No fue llamado a declarar.

Ninguna autoridad del Gobierno ni del Ministerio de Salud se refirió a la situación del médico que aún está habilitado para asistir pacientes en centros de salud públicos.

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