El salvataje con una fuerte intervención del Estado en el mercado de alimentos a través de Vicentin volvió a ponerse sobre la mesa este fin de semana y a diferencia de lo ocurrido hace dos años, esta vez no hubo rechazos ni voces en contra de ningún sector.
La decisión del Presidente Alberto Fernández de lanzar la intervención de Vicentin con la promesa de enviar luego un proyecto de ley de expropiación al Congreso de la Nación generó, hace dos años, marchas inmediatas primero en Avellaneda y luego réplicas en todo el país.
La mayoría de los que se manifestaban (fuera del norte santafesino) ni siquiera sabían que era Vicentin y ese fue el principal error del gobierno en ese momento. Es que se trataba simplemente del avance del Estado sobre una empresa importante que había tenido problemas para pagar a sus acreedores.
Con el avance del tiempo y de las causas judiciales, sobre todo las de Rosario muchos de los que levantaron la bandera de Vicentin las fueron arriando y las volvieron a guardar en un cajón a la espera de lo que podía pasar. Los trabajadores, temiendo por sus fuentes de trabajo, no dejaron de pedirle a los gobiernos Nacional y Provincial que mantengan firme la idea de la intervención y expropiación pero finalmente eso no ocurrió. El tema se apagó y solo se convirtió en la más violenta derrota del presidente Alberto Fernández y su gobierno.
Vicentin representó para él claramente su primera gran derrota, luego de esa vinieron decenas de marchas contra las decisiones del gobierno y los banderazos se volvieron un ícono opositor que el gobierno no solo no supo contener, sino que tampoco supo revertir. La derecha por primera vez ganó las calles del país y hasta logró sumar a sectores de la economía social a los reclamos. Y todo comenzó con Vicentin.
Es por eso que esa espina sigue clavada en Alberto Fernández que claramente no olvida el tema y este fin de semana volvió a ponerlo en agenda. “Creo que ahora en Vicentin se abre un nuevo escenario, que en 2020 no teníamos, y se da la posibilidad de una intervención que en aquel momento descarté”, dijo este fin de semana Alberto sorprendiendo a propios y extraños.
Y en algunas cuestiones tiene razón. Hoy hablar de Vicentin es mucho más sencillo porque todo el país viene siguiendo la novela de la empresa próspera que en pocos años quedó vacía y repleta de deudas, pero con empresarios millonarios a los que no pareció afectarle la debacle de la empresa de 92 años de trayectoria.
Tal como lo anticipara el medio local ReconquistaSF hace dos años, uno de los proyectos a largo plazo de YPF Agro era precisamente apostar fuerte al negocio exportador de granos a través de la empresa Vicentin pero la marcha atrás del gobierno dejó el programa de lado pero no descartado. Los actores del mercado sabían que poco había por hacer hasta que la empresa logró las mayorías de acreedores que confiaron en ella y eso generó un cimbronazo en todo el mercado. Parecía que la empresa se recuperaría y que, con cambio de dueños y el cierre de las plantas de Avellaneda, seguiría en el mercado.
Todo eso cambió hace una semana cuando la fiscalía de Rosario decidió detener a Omar Scarel, el Presidente del Directorio de Vicentin, y que pese a haber recuperado la libertad tras dos días tras las rejas se volvió el tema de conversación en los pasillos de los tribunales de toda la provincia. Esto despertó el interés de la Corte Suprema de Justicia que inmediatamente mantuvo charlas y reuniones de urgencia para obtener toda la información del caso.
Así tras dos días de turbulencias políticas y judiciales por la detención de Scarel el Presidente de la Corte santafesina, Rafael Gutiérrez, decidió intervenir el Concurso, suspender todos los plazos y quitarle el expediente al juez de Reconquista Fabián Lorenzini. El juez reconquistense ahora quedó expuesto por estar haciendo avanzar un concurso que era imposible de acordar, algo que reveló Opinión Frontal hace semanas.
Aprovechando esta situación varios acreedores salieron a acusar a Lorenzini de connivencia con la empresa y también le apuntan a la sindicatura que jamás hizo alguna referencia a los riesgos que se cometían al continuar con el acuerdo pese a que los bienes que se ofrecían para la venta estaban cautelados por la justicia de Rosario.
La intervención del Concurso por parte de la Corte ya pasó hace varios días pero la empresa no emitió ningún comunicado y se sabe que varios de los directivos mantuvieron reuniones con distintos actores del poder político y judicial para tratar de entender los pasos que siguen, fue sorpresa para todos menos para algunos que venían advirtiendo sobre la gravedad institucional a la que se estaba ingresando por el conflicto de los tribunales civiles y penales.
Ahora el futuro de Vicentin está en manos de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe y hay que comenzar a ver los vínculos que atan a la Corte y los círculos de poder de la provincia, fundamentalmente los de Rosario los que terminarán decidiendo el futuro.
¿Habrá una nueva intervención del Estado Nacional? No sin antes asegurarse de que no habrá conflictos sociales. El “tanteo” de Alberto este fin de semana en los medios es una clara señal de eso y probablemente también haya un encuentro entre operadores del gobierno y los de la corte santafesina para poder llegar a un punto en común.
Esta semana es corta y probablemente no haya definiciones, pero la siguiente será clave. Habrá que estar muy atentos a las señales para anticipar la movida de la empresa Vicentin, de los acreedores, del Poder Judicial y del gobierno nacional (o el provincial por mandato).