Días pasados estuvimos por aquí para dar cuenta del “calentamiento” de la cuarentena. Cuando todos estamos pendientes del termómetro corporal por la maldita pandemia, la política se metió en el medio e hizo subir la temperatura bien arriba, Aquella conferencia presidencial donde el gobernador Axel Kicillof apuntó contra la ex gobernadora María Eugenia Vidal, y que originó un cruce entre oficialismo y oposición que aún perdura, fue la que disparó el inicio de un nuevo ciclo de la política. Si bien puede parecer obsceno por el momento de crisis sanitaria, social y económica, y hasta demasiado “temprano”, a solo cinco meses de la asunción del actual gobierno, lo cierto es que ya casi sin disimulo, los armados de nuevos espacios empezaron a gestarse.
Cambiemos es donde parece más alborotarse la interna partidaria. Sin la participación activa de la UCR y de la Coalición Cívica, mujeres y hombres del PRO son los que más se mueven, de cara a una primera escala con la elección legislativa de 2021, y con un objetivo central en 2023. ¿Ya? Sí, YA!!! Seguramente, la demagógica discusión de la reforma política y la necesidad de no tener que estar votando cada dos años se repetirá, pero quienes tienen que encarar esa reforma son los mismos actores que “disfrutan” de poder ceñirse a la pelea política pre electoral. Difícil entonces que ocurra, pues entonces, veamos cuál es la realidad.
Cambiemos se encuentra con el ex presidente Mauricio Macri agazapado, solo asomando la cabeza cada tanto, y recurriendo a sus principales espadas políticas hoy, Patricia Bullrich y Miguel Pichetto, para azuzar a funcionarios y dirigentes del partido gobernante. En ese esquema, y ausente con aviso Marcos Peña, quien se muestra más enfática, mediáticamente hablando, es la ex ministra de Seguridad y actual presidenta del PRO. “Tiene aspiraciones de altos cargos”, aseguran en su entorno. “Juega para Macri, pero también para ella”, agregan, aunque claro que con el aval de su jefe político.
El del macrismo puro parece un esquema limitado, si se observa lo que ocurre a su alrededor. Por un lado, Horacio Rodríguez Larreta, como ha quedado dicho, adquirió enorme protagonismo a partir de sus apariciones en las fotos con el Presidente de la Nación para dar cuenta de las novedades que se van produciendo con respecto al Covid-19. Con elogios y críticas internas y externas por su cercanía con Alberto Fernández, lo cierto es que para su objetivo político de mediano plazo, Larreta ha sumado “imagen”. Habrá tiempo para medir si positiva o negativa. Pero su nivel de conocimiento ha crecido exponencialmente. Se sabe que es un “producto” netamente macrista, pero hoy el jefe de Gobierno porteño tiene juego propio. También es verdad que mantiene muy buen vínculo con María Eugenia Vidal, y de hecho la ha convocado para asesorar en temas sociales. Pero…
La ex gobernadora bonaerense se ha soltado en la última semana, con pequeñas señales a través de off con periodistas y dejando trascender algunos de sus movimientos. Y haciendo saber que también tiene juego propio. Por lo pronto, en las últimas horas mantuvo un encuentro virtual con su ex jefe de Gabinete, Federico Salvai (su persona de máxima confianza); sus ex ministros, de Gobierno, Joaquín de la Torre, y de Seguridad, Cristian Ritondo; y los intendentes Julio Garro (La Plata), Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Jorge Macri (Vicente López), Manuel Passaglia (San Nicolás) y el legislador Maxi Abad, presidente del Bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires.
Las palabras de Jorge Macri fueron contundentes respecto a este armado. “Coincidimos en que el trabajo entre los intendentes, los bloques legislativos, y nuestros dirigentes es fundamental no solo para administrar esta pandemia, sino para empezar a construir el día después”. Agregó que “compartiendo la visión desde los intendentes del conurbano y del interior, nuestro reclamo es aumentar la autonomía de los intendentes para ir encontrando las mejores soluciones de cara a esta pandemia. Los que gobernamos tenemos que administrar el HOY, pero debemos asumir el trabajo de construir el mañana. Seguimos trabajando juntos defendiendo nuestros valores y principios, y lo que representamos para la gente”. Hagamos un alto en algunas de estas definiciones. “Coincidimos”, “construir el día después”, “seguimos trabajando juntos”, son algunas de sus palabras y frases. Habla de comunión de ideas, de construcción a futuro y usa el término “juntos”. Claramente, es una señal. Como la que dio el armador político de este espacio, Cristian Ritondo, quien en las últimas horas no descartó a Vidal como “candidata presidencial”. En esa línea, el propio Ritondo le armó esta semana a la ex gobernadora un zoom con más de 300 dirigentes del PRO de Chubut. Proyección nacional, sin dudas. Horas después, el ex ministro de Seguridad bonaerense armó otro encuentro virtual con intendentes y dirigentes de ese espacio de la cuarta sección electoral de la provincia de Buenos Aires. En todas las reuniones, hay un objetivo común: elevar la figura de Vidal como líder y ampliar lo máximo posible el armado territorial. Ritondo, en ese marco, se vislumbra como el candidato al sillón de Gobernador, deseo que se le vio frustrado con el intento de re de María Eugenia Vidal en 2019. Hay quienes ya aseguran que Ritondo podría tener un rival en la interna por ese lugar: el ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, que por ahora se mueve con perfil bajo, pero aspira a ser la renovación de Cambiemos.
Con ese panorama y los movimientos que se aceleran, en Cambiemos ya se vislumbra una potencial interna de cara a 2023. Larreta y Vidal pican en punta con aspiraciones presidenciales. ¿Y Macri? ¿Podrá mantener el liderazgo del espacio? Aseguran que no se resigna a correrse, pero hoy se lo ve rezagado en el posicionamiento.
En el oficialismo, nos hemos explayado largamente en nuestra aparición anterior. El albertismo y el kirchnerismo tienen mucha tela para cortar por delante, con la irrupción de La Cámpora fuertemente en espacios de poder y con amplia presencia en la provincia de Buenos Aires. También hemos hablado de la jugada, hoy como aliados, de Máximo Kirchner y Sergio Massa, aunque a discernir cómo quedará esa dupla ya con la carrera electoral en marcha. Lo cierto es que ayer, el propio Presidente dio una señal durante un acto en Quilmes. Hizo referencia a “la generación de políticos del futuro”, con clara alusión a dirigentes allí presentes. Alberto incluyó a “Máximo (Kirchner), a Sergio (Massa), a Malena (Galmarini), a Wado (De Pedro), a Axel (Kicillof) y a Gabriel (Katopodis)”. Por un lado, repetidamente el titular del Ejecutivo ha elogiado a Máximo y a Sergio. Los pone en carrera. Ayer, quizá para no detenerse solo en ellos, incluyó a Kicillof, De Pedro, Galmarini y Katopodis. Pero hay otros mensajes subyacentes allí. Es un gesto hacia La Cámpora, y a su vez, abrió el juego de la provincia de Buenos Aires, con un Kicillof que deberá pasar el difícil proceso de gobernar la provincia más grande del país, y con quienes podrían tallar en la carrera. Wado, Malena y el ministro de Infraestructura, tranquilamente podrían ser candidatos. De Pedro no ha mostrado nunca las cartas de sus aspiraciones, pero, nacido en San Pedro, bien que podría tentarlo la Gobernación y el Ministerio del Interior es un buen lugar para “instalarse”: Katopodis sí ya ha dado señales de querer ser Gobernador, y podría ser el “candidato” que hace rato los intendentes quieren hacer jugar. Malena, a su vez, tiene cada vez más presencia en las fotos políticas y si bien apuesta a ser intendenta de Tigre, hoy ya juega en otras ligas y el impulso que pueda darle además la figura de Sergio Massa, puede ser fundamental. La carrera ya está lanzada…