Aunque sus potenciales votantes no lo conciban, lo que dice Javier Milei es una obviedad para quien haya estudiado un poco de la realidad social y económica de nuestro país. Eliminar los subsidios de un día para otro es imposible, a menos que quieran salir de paseo en helicóptero como De La Rúa.
Explicándolo brevemente, quitar la asistencia económica llevaría a niveles de pobreza nunca antes vistos, además de estar profundamente arraigado en un sector de la población hace décadas. Es un coctel explosivo que ningún político está dispuesto a asumir.
Habiendo dado cuenta de la imposibilidad estructural de eliminar el asistencialismo, intentaré explicar algunas medidas que son prioritarias para un libre mercado, pero que su aplicación seguramente sería catastrófica.
- Reducir el gasto, por ejemplo, eliminando los subsidios a la energía (la gestión de Cambiemos había dolarizado las tarifas anteriormente), generaría enormes pérdidas a nivel empresarial e individual, en una economía fuertemente golpeada por la crisis.
- Eliminar el cepo al dólar, lo que provocaría una corrida cambiaria y un aumento exponencial de la inflación.
- Eliminar los aranceles a la exportación e importación, por un lado desmantelaría la industria interna provocando aún mayores niveles de desempleo y pobreza, por el otro el Estado dejaría de recibir grandes sumas de dólares que necesariamente deben ser usados en la deuda cortoplacista de 100 mil millones de dólares que nos dejó la gestión anterior.
He nombrado problemas económicos que están en el corazón de la teoría neoliberal, los cuales si quieren resolver “achicando el Estado” se produciría un estallido social. Es decir que por mucho que hable de la libertad individual y mercantil, la realidad imposibilitaría cualquier promesa osada que diga.
Quiero darle un gran ejemplo al lector. Mauricio Macri prometió quitar las retenciones a la exportación de cereales, sabemos que no lo logró, ¿por qué no logró hacer una política que beneficiaría a su principal electorado? La realidad económica y social se impuso, entre el asistencialismo y la tasa de interés alta para bajar la inflación, es imposible desprenderse de tan jugosos dólares.
El famoso gradualismo, criticado tanto desde la izquierda y la derecha neoliberal, que consistía liberar poco a poco el mercado pero sin eliminar la asistencia a los sectores más pobres, es un ejemplo directo de las imposibilidades estructurales de cambio sin un estallido social.
Las medidas macroeconómicas que desea aplicar Javier Milei ya las han tomado tanto Macri como Carlos Menem, si desean ejemplos internacionales pueden ser Pinochet, Margaret Thatcher y Ronald Reagan. Todos ellos tienen denominadores en común, como son el empeoramiento de la salud pública, educación pública y salario de los jubilados. Son sectores que no generan grandísimos escándalos y protestas.