Argentina, tras la histórica aprobación del pasado miércoles, se convirtió en el tercer país latinoamericano en legalizar el aborto junto a Cuba y Uruguay. Un derecho que aún es esquivo en gran parte de la región.
A ellos se le suman dos estados mexicanos: México y Oaxaca. Allí, la interrupción voluntaria del embarazo también es libre, como también lo es en Guyana y Puerto Rico, pero por ser territorios de Francia y EEUU respectivamente.
Situación en Latinoamérica y el mundo
Según indicó un informe de la revista The Lancet, en la región 1 de cada 4 abortos se realiza de manera segura. El resto, de forma clandestina y/o insegura.
Así y todo, la tasa de abortos de aquí “es una de las más altas del mundo, por encima de Europa Occidental y Norteamérica”, según indicó la International Planned Parenthood Federation.
Del lado completamente opuesto , es decir que no existe contexto o situación alguna en los cuales se pueda realizar la práctica, se encuentran cinco países centroamericanos: República Dominicana, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Haití.
Aborto sólo si…
Países que tienen una pequeña flexibilización en la posibilidad de interrumpir un embarazo son Venezuela, Surinam, Paraguay, Costa Rica y Perú. Allí, unicamente está permitido si la salud o la integridad física de la madre se encuentran comprometidas.
En Brasil, en tanto, las únicas excepciones para las cuales se permite el aborto es en casos de violación, riesgo de muerte para la madre y anencefalia (fetos sin cerebro).
Con la presidencia de Jair Bolsonaro, una posibilidad de apertura al debate (siguiendo con su política conservadora y de ultraderecha) parece utópica e inviable.
Entre Argentina y el Pacífico de encuentra Chile. Allí se aprobó en 2017 la interrupción voluntaria del embarazo para los casos de inviabilidad del feto, amenaza para la vida de la mujer y violación.
Los estados que más se acercan a la situación actual de nuestro país son Bolivia y Colombia. Según indicó el diario La Tercera, si bien el aborto es ilegal, registran la mayor cantidad de excepciones.
En dichos territorios estará contemplado y despenalizado si no está asegurada la viabilidad del feto, en casos de violación, incesto, o si existe amenaza para la vida, la salud física o mental de la mujer.
La Argentina, precursora
Nuestro país se convirtió en el país más grande de la región (y el tercero) en hacer ley la despenalización del aborto e incluirlo en la agenda de Salud Pública.
La “marea verde” (pro aborto) se hizo oír y logró que el proyecto de la Interrupción Voluntaria del Embarazo sea tratado en el año legislativo 2020. Las fechas dieron justo.
Tras ser enviado el proyecto al Congreso, pasó sin sobresaltos la Cámara Baja y logró media sanción. A continuación, vendría la parte más difícil (en 2018 también había pasado Diputados pero no llegó ni a la firma de dictamen en la Cámara Alta).
Llegó al Senado. Y se firmó dictamen. La votación final ocurrió el 29 y se extendió por largas horas hasta la madrugada del 30. Tras esperarse una reñida votación, el “sí” logró una buena luz de ventaja sobre el “no” (38 a 29) y se convirtió en ley.
¿Qué quiere decir? Que el aborto en la Argentina se continuará realizando. Pero, ahora, de forma legal, segura y gratuita.