Cuando existen discursos que niegan la realidad es necesario de poner en acción el pensamiento crítico, entendiendo a éste como la capacidad que posee el ser humano para analizar y evaluar la información o datos percibidos en relación a un tema o acción específica, intentando esclarecer la veracidad de dicha información o dato para lograr alcanzar una idea justificada.
La filosofía fue la primera de las ciencias que se ocupó de definir y de desarrollar este aspecto del ser humano, descartes parte de la duda de la existencia de todo para llegar a un conocimiento verdadero, para el gran filósofo lo que determina o posibilita la existencia es el pensamiento “pienso, luego existo”.
El pensamiento crítico está relacionado de forma muy estrecha con otras capacidades humanas, tales como la creatividad, la lógica o la intuición, las cuales habilitan la creación de nuevas estrategias y formas de ver y percibir las cosas. Desarrollar la capacidad de pensamiento crítico nos ayuda a evitar el conformismo y a avanzar como seres humanos, evitando que exista un único modo de ver el mundo.
En los tiempos actuales donde estamos excesivamente rodeados de multiplicidades de discursos y voces contrapuestos que se autodefinen como únicos y verdaderos se torna imprescindible el ejercicio continuo del pensamiento crítico.
Hans Christian Andersen relata en su cuento El traje nuevo del Emperador las particularidades de una sociedad gobernada por un emperador quien le otorgaba gran relevancia a las cuestiones de cierta banalidad y fundamentalmente a los aspectos de las vestimentas, se gastaban grandes fortunas en cumplir con los caprichos del Emperador, a pesar de las reales necesidades de su población. Un día llegan unos vendedores a ese reino ofreciendo una tela que tenía una particularidad única, solo podía ser apreciada por personas inteligentes y que ocuparan el lugar que les correspondía. Estos auténticos truhanes le muestran la tela al emperador, mientras decían elogios hacia la calidad de la tela y la belleza extrema de sus colores, haciendo movimientos como si sostenían dicha tela. El emperador como era de esperar, no veía nada, donde nada había, pero por temor a ser considerado poco inteligente y no apto para su cargo, comenzó a decir los mismos elogios que referían los vendedores, y decidió pagarles una gran suma de dinero para que le realicen un nuevo traje.
Durante ese tiempo de confección todos los ministros y personas importantes fueron a ver esa tela majestuosa, todos repetían los dichos del emperador.
Llego el día en que el emperador obligó a todo el pueblo a reunirse para que lo observen en su majestuoso traje nuevo, y empezó a recorrer las calles, el pueblo veía pasearse al emperador en calzoncillos pero por miedo a ser considerado ignorantes, también repetían elogios, hasta que un niño se acerca y grita “El emperador está desnudo” y poco a poco el pueblo empezó a decir lo mismo. El emperador siguió con su paseo y sus ministros llevaban la larga capa del traje nuevo.
Este fantástico relato resalta la absoluta importancia del pensamiento crítico para toda la sociedad, poner en duda los relatos absolutos que visten y profesan los emperadores, es la única forma de poder crear nuevas herramientas y estrategias para todos los aspectos que nos implican, sean cuestiones de índole material o abstracta.
No podemos seguir repitiendo discursos que no coinciden con la realidad, no podemos seguir sosteniendo emperadores desnudos, ni ministros obsecuentes. Es nuestra obligación y responsabilidad comenzar a cuestionar para poder avanzar hacia un lugar donde el pensamiento crítico tenga un lugar de mayor importancia que la simple repetición.