Parecían tres inocentes hojas, como las que pueden existir en cualquier escritorio hogareño. Sin embargo, luego de ser secuestradas durante un allanamiento en la casa del neurocirujano Leopoldo Luque, podrían ser la llave que abra una caja de pandora en el mundo familiar de Diego Armando Maradona.
Opinión Frontal accedió al material incautado en la casa del médico Luque y sobre el cual trabaja la Asesoría Pericial de San Isidro. Estos documentos, serán cotejados con la firma original de Diego Armando Maradona para saber si el galeno o alguien de su entorno le falsificó la firma al mejor jugador de fútbol de todos los tiempos.
Según se puede ver en los documentos, en una de las hojas había un pedido de Luque a la Clínica Olivos por la historia clínica de Maradona y firmada presuntamente por su paciente. En otra hoja similar se solicitaba lo mismo pero con la diferencia de que había varias firmas y en la restante había una rúbrica escaneada que sería la original y alrededor tenía nueve garabatos que los investigadores suponen podrían ser del neurocirujano.
Ahora, los peritos intentan establecer si último médico que se le conoció a Maradona, o alguien de su entorno, intentó falsificarle la firma a Diego para realizar algún trámite. De ser así, estaríamos ante un delito porque la historia clínica de las personas sólo pueden ser entregadas al paciente o a un tercero con una autorización.
De ser comprobada la falsificación de la firma del astro, los querellantes pondrán la mirada sobre todos los documentos con la firma de Maradona, incluso en los que se estudian dentro del expediente por la sucesión de bienes entre los herederos.
Mario Baudry, representante legal del Diego Fernando Maradona, hijo del exjugador con Verónica Ojeda, en diálogo con Opinión Frontal hizo foco en esta cuestión al plantear que sí se comprueba la falsificación en estos documentos, “también se podrían haber falsificado firmas para vender bienes o armar sociedades”.
Además, Baudry también apuntó contra el último médico de Maradona al decir que “esto no hace mas que ratificar que, si Luque tuvo la historia clínica en cuatro oportunidades, sabía perfectamente de los problemas cardíacos de Diego“.
Diego Maradona, la mayor figura de la historia del fútbol mundial, murió a los 60 años el 25 de noviembre pasado al mediodía, en una casa que su familia había alquilado en el barrio privado San Andrés, de Tigre, a dos semanas de su externación de la Clínica Olivos, donde había sido sometido a una neurocirugía por un hematoma subdural en el cerebro.
Según la autopsia, Maradona murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”. Además, los resultados de los estudios toxicológicos inican que no tenía alcohol ni drogas ilegales en su organismo aunque sí detectaron psicofármacos.
Algunos de los medicamentos encontrados son “arritmogénicos“, es decir que producen arritmia, algo que ahora los peritos y los fiscales deberán analizar para ver si eran convenientes para un paciente con una cardiopatía crónica como la que padecía el ex DT de Gimnasia.
Por decisión del fiscal general de San Isidro, John Broyard, se creó un equipo de fiscales constituido por él y por Patricio Ferrari, Cosme Iribarren y Laura Capra. Su objetivo se centra en tres ejes principales: si hubo negligencia médica y por lo tanto un eventual “homicidio culposo”, quién tuvo responsabilidades sobre ese posible delito y si la muerte de Maradona se pudo haber evitado.