El Bowling Palo’s, un histórico local de Castelar que lleva ya más de 50 años y por él pasaron tres generaciones de vecinos. A mediados del año pasado tuvo que cerrar sus puertas a causa de la pandemia. Eso generó consternación en el vecindario, al punto que “convirtieron la entrada en un santuario, lo despidieron con cartas y mensajes pegados al vidrio”, señala una nota publicada por el medio BAE Negocios.
El cierre del bowling también se debe a deudas acumuladas que hoy rondan los dos millones de pesos. Pero a Romina Valentino, la hija de los dueños se le ocurrió una idea para salvar el negocio familiar: rematar una camiseta autografiada por Maradona que le pertenece.
Resulta que Diego Maradona, en la época que estaba internado en la clínica Privada del Parque, logró un permiso del juez para cerrar el bowling e ir a jugar en compañía de un médico. “Su deseo fue concedido, jugó durante una hora en la línea 5 y prometió volver. En agradecimiento, Maradona le firmó la camiseta de Boca a la hija del dueño”, señalan.
“Reabrimos el jueves pasado, pero necesitamos saldar las deudas para poder tenerlo abierto. Lo quieren alquilar, me gustaría poder seguirlo y se nos ocurrió que rematar la camiseta de Diego nos podía ayudar a saldar lo que debemos. En tres semanas la sacamos a subasta”, contó Romina.
Se sabe que tras la muerte del astro del fútbol mundial, el costo de objetos como camisetas autografiadas, trepó a las nubes. Por ejemplo hace poco se ofrecía una remera Le Coq de la selección argentina del ’86 por 15 millones de pesos, pero también otros artículos que valen $5 millones, como las casacas firmadas de Gimnasia y el Al Wasl de Dubai. Así que la idea de subastar una camiseta de Boca Juniors y llegar a los dos millones de pesos no resulta tan descabellada.