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En su 90º cumpleaños ¿qué se sabe de Isabel Perón?

Fue la esposa de Juan Domingo Perón y tras su muerte presidenta hasta el golpe militar de 1976. El enigmático exilio en España

Fue bailarina, así conoció a Juan Domingo Perón que la convirtió en primera dama, y tras su muerte se convirtió en presidenta, hasta el golpe militar de 1976. Isabel Perón vive en España desde 1981 y su vida está envuelta en un enigma.

Desde su exilio en España, Isabel Perón tuvo muy pocas apariciones públicas. Ahora los vecinos dicen que no la han visto desde hace mucho tiempo. Ya ni siquiera va a la Iglesia de Santa María Soledad Torres donde iba a veces. Vive aislada en su residencia y es atendida por sus médicos y personal de servicio.

Isabel Perón ya no es, ni siquiera para los paparazzi, un personaje que atraiga miradas. Su desaparición de la faz pública y su renuencia a mantener encuentros con otras personas han apagado su figura. Ahora la ex presidenta de la Argentina pasará, probablemente, su cumpleaños 90, el 4 de febrero, encerrada dentro de los muros de su vivienda. El movido pasado es solo un recuerdo.

Isabel Perón nació en La Rioja en 1931. La menor de seis hermanos y llevó el nombre de María Estela Martínez Cartas. Desde muy pequeña descubrió el amor por la danza y a los 20 años se unió al grupo de baile que dirigía el cubano Joe Herald. Recorrió clubes nocturnos de América Latina con un nombre artístico. Se hacía llamar “Isabelita Gómez”. En Caracas, Venezuela, conoció a Juan Domingo Perón, que acababa de ser derrocado durante su segundo mandato como presidente argentino, en diciembre de 1955. Aseguran que fue en el cabaret de moda “Pasapoga”. Otros dicen que su primer encuentro, en cambio, fue en Panamá.

En uno u otro país, la joven de 24 años abandonó su carrera de bailarina y se convirtió en compañera del entonces político exiliado. Perón tenía 36 años más que ella. La presentó primero como su secretaria y juntos se trasladaron de país en país, viviendo alternativamente en Panamá, Venezuela, República Dominicana y finalmente en España.

En 1961 se casaron. Isabel fue la tercera esposa de Juan Domingo Perón, después de Aurelia “Potota” Tizón y Evita, las dos muertas por cáncer. Evita era venerada como si fuera una santa en Argentina. Su lucha y su fuerte presencia en el poder impulsando el derecho al voto de las mujeres, fundando el Partido Peronista Femenino y sobre todo acompañando a los “Descamisados” la posicionaron como a ninguna otra mujer en el país.

Isabel sabía que no tenía ninguna chance de imponerse ante el culto que se había generado por esa mujer que murió a los 33 años, demasiado joven y con mucho por realizar todavía. Tras casarse con Perón, Isabelita se mostró humilde en un mensaje al pueblo argentino: “sería algo maravilloso para mí realizar, de manera humilde y en su nombre”, aquello “que ella lamentablemente ya no pudo hacer”.

Pasó más de una década en el exilio junto a su marido hasta que finalmente regresaron al país. Muchos argentinos recordaban los años de Perón como presidente, desde 1946 a 1955, y la destacaban como una época dorada, y desde España el general había seguido tejiendo el entusiasmo por su imagen de benefactor de la nación.

Cuando el país tocó fondo, a principios de los años 70. creció la demanda por un “hombre fuerte”. No había otro. El pueblo lo reclamaba a él. Perón e Isabel regresaron al país. Inmediatamente se puso al frente del Partido Justicialista y fue elegido presidente por tercera vez en octubre de 1973. Isabel se propuso como vicepresidenta: “la única persona que no lo va a traicionar soy yo”, aseguran varios que dijo en reuniones partidarias.

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Perón nunca estuvo muy convencido de la capacidad política de Isabel. Intentó rechazar la propuesta pero un allegado le hizo saber que “si usted quiere, votamos por una escoba”. Él sabía que la responsabilidad caería plenamente sobre sus espaldas y que los inconvenientes políticos se trasladaría a su habitación. No quería, pero terminó aceptando.

Fue así que María Estela Martínez de Perón fue elegida como vicepresidenta de los argentinos con el 62% de los votos. Sin embargo, según el secretario de Perón, Gustavo Caraballo, Isabel apenas apareció en el Senado. Apenas nueve meses después de la elección, Juan Domingo Perón murió y su viuda se convirtió en la primera mujer del Estado. El 2 de julio de 1974, al tomar posesión de su cargo, la presidenta se dirigió al pueblo con estas palabras: “asumo constitucionalmente la primera magistratura, para que me ayuden a conducir los destinos de la patria hacia la meta feliz que Perón soñó para todos los argentinos”.

Sin ninguna experiencia política, Isabel se convirtió rápidamente en peón de los políticos ávidos de poder que rodeaban a Perón. Decidió pegarse al ministro de Bienestar Social, López Rega, que ya había ejercido bajo el mandato de su marido. Pero como otros peronistas, temía perder el poder y perseguía a los opositores. Su grupo paramilitar “Alianza Anticomunista Argentina” o “Triple A” se convirtió en sinónimo de terror, y miles de personas fueron torturadas y asesinadas. Al mismo tiempo, Argentina sufría una grave crisis económica y las huelgas generales paralizaban repetidamente al país. Todo era un caos. Fueron 632 días de Isabel Perón en el poder hasta el día en que los militares efectuaron el golpe de Estado. “Señora, las Fuerzas Armadas han decidido tomar el control político del país y queda usted arrestda“, le informó el general José Rogelio Villareal.

El 24 de marzo de 1976 fue trasladada en helicóptero desde la terraza de la Casa Rosada hasta su lujosa prisión, un palacio gubernamental en la Patagonia. Durante cinco años estuvo bajo arresto domiciliario y en 1981 se le permitió exiliarse en España.

Isabel se instaló en la antigua casa que Perón tenía en el corazón de Madrid. Volvió al país en muy pocas ocasiones: en 1983, por ejemplo, cuando felicitó personalmente al presidente Raúl Alfonsín, elegido democráticamente tras la última dictadura militad. Alfonsín le perdonó la devolución de nueve millones de dólares que transfirió de fondos públicos a su cuenta personal. En 2007 y 2008 argentina pidió la extradición de María Estela Martínez de Perón para juzgarla por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la Triple A durante su gobierno pero España se negó y los casos se archivaron.

Isabelita está a punto de cumplir 90 años, este 4 de febrero. Hace unos 20 años se trasladó desde su apartamento frente al Museo del Prado a una villa a unos 30 kilómetros al noreste de Madrid. La edad y dos caídas en épocas anteriores le pasan factura y le causan problemas por lo que recibe a diario a fisioterapeutas que la tratan en su casa. Vive encerrada. El diario ABC de España la comparó con la vida de una monja. “Evita los contactos sociales y ha desarrollado una fobia hacia la política”, escribió el periódico.

Estos últimos años de su vida son un triste capítulo en la biografía de la que fuera la mujer más poderosa del país. “Soy una humilde mujer del pueblo, cuyo único mérito es haber sido discípula de Perón y mi amor por Perón y el pueblo argentino”, dijo alguna vez.

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