Corea del Sur no tiene nada que temer ni nada que perder cuando se enfrente mañana al pentacampeón del mundo Brasil, con la vista puesta en otra hazaña en un Mundial en el que las selecciones más poderosas han sufrido derrotas inesperadas.
Después de una fase de grupos extraordinaria en la que Brasil, España y Argentina fueron derrotadas por oponentes de bajo rango, y Bélgica y Alemania se despidieron anticipadamente, Corea del Sur ve este Mundial como su mejor oportunidad en décadas para dejar huella.
“Cada partido, cada minuto es muy valioso y precioso. Todo el equipo tiene una gran moral”, dijo el lateral Kim Jin-su, y agregó: “Todos hemos querido llegar lejos y todos estamos realmente sedientos de seguir avanzando”.
Corea del Sur eliminó a Alemania hace cuatro años y como coanfitrión con Japón en 2002 llegó a semifinales, dejando en el camino a Italia y España.
El equipo asiático, que destaca por su letal contraataque y su espíritu infatigable, parecía encaminarse a la eliminación, pero logró un sorprendente gol en el tiempo de descuento el viernes para vencer 2-1 a Portugal y llegar a octavos de final.
El partido del lunes contra un Brasil diezmado por las lesiones es el primero para el elenco asiático en las rondas eliminatorias desde 2010 y el tercero de su historia.
“Por supuesto que mañana será un partido muy desafiante. Realmente queremos mostrarles a todos lo que tenemos y lo que hemos estado esperando durante 12 años. Nuestro espíritu de lucha será importante y tenemos que sacrificarnos por el equipo”, agregó Kim.
El seleccionador portugués de Corea del Sur, Paulo Bento, se lamentó del intervalo de sólo 72 horas entre partidos y sostuvo que su equipo tiene fatiga física y emocional, en comparación con un Brasil que tiene una plantilla lo suficientemente rica como para haber hecho descansar jugadores al cierre de la fase de grupos.
“Nos enfrentamos a jugadores de talla mundial, pero no nos sentimos intimidados porque en nuestra plantilla también tenemos jugadores de talla mundial”, remarcó Bento.
En esa línea, cerró: “Un partido no es todo un torneo, tenemos una oportunidad (…) Lo más importante es que demostremos que somos un equipo que quiere ganar y luchar hasta el último pitido”.