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Messi-Barcelona, un divorcio que desnuda rencores

La idolatría por el Diez se terminó con el anuncio de su salida del club catalán. La llegada de Koeman, su liderazgo en discusión, la partida del amigo Luis Suárez y el fracaso futbolístico reciente ponen punto final a un largo romance

Seguramente, engrosará la lista de los divorcios más rutilantes y escandalosos de la historia. El amor entre el Barcelona y Lionel Messi se ha terminado. El idilio con sus fanáticos, también. Un romance que, al menos por lo que se vislumbra hasta ahora, no parece terminar de la mejor manera y hasta podría alguien hablar de despecho. Lo cierto es que será extraño ya no ver al Barcelona con Messi, tanto como ver a Leo sin la camiseta del Barsa. Es que hasta ahora, eran lo mismo. Nombrar a uno, era identificarlo con el otro. Pero algo se rompió, como en toda historia de amor que se termina.

Más allá de lo que se diga de una y otra parte, y del conflicto judicial que hoy se lleva todos los títulos, hubo algunos desencadenantes de la decisión tomada por el astro argentino. Hay un punto que no se puede discutir: el liderazgo de Messi, como estrella que es. Pero hay otro punto que sí se ha discutido intensamente: el uso de ese liderazgo.

¿Liderazgo positivo para el equipo o influyente en su favor?

Relacionado con esta discusión, hasta el hartazgo se ha escrito sobre el manejo del vestuario del Diez. En su equipo y en la Selección nacional. “Que pone a sus amigos como titulares, que elige a los técnicos…” y un sinfín de cuestionamientos más. Hay una realidad, quizá marcada por los resultados más que por sus decisiones, pero lo cierto es que, en sus 16 años de carrera en Primera, han pasado justamente 16 técnicos (7 en el Barcelona, 9 en la Selección) por los planteles que integró. ¿Causalidad o causalidad? Se ha hecho público que con algunos tuvo una relación “difícil”, con otro casi ni interactuó, pero siempre se hizo hincapié en su rol de líder por arriba de los entrenadores. Quizá el más emblemático fue Jorge Sampaoli, DT de la Selección en el Mundial de Rusia 2018, donde se “acusó” a Messi de recriminar al técnico por sus decisiones y hasta de “formarle” el equipo.

No por ello debe ponerse en tela de juicio su influencia positiva, la que naturalmente tiene como crack que es para liderar el equipo dentro de la cancha. En el Barcelona, sus records se multiplican. En la Selección, los resultados no fueron los esperados para un país donde el triunfalismo se da la mano con la palabra campeón como única condición, pero su talento ha sido siempre una marca distintiva.

En relación con ello, por estas horas, uno de los periodistas españoles más reconocidos ha sido muy duro con Messi, por su anunciada decisión de irse del Barcelona: “Se va la tiranía del vestuario”. Juanma Castaño, director de El Partidazo de la cadena Cope, fue concluyente. “El comportamiento de Messi es absolutamente desleal con el club que le ha pagado religiosamente el mejor sueldo del mundo en los últimos años. No puedo defender esta postura, se va en el peor momento. Que los aficionados del Barcelona se hayan enterado porque Messi haya mandado un burofax al Barça y lo haya contado un medio argentino es increíble. Con las redes sociales que tiene Messi que lo siguen millones de espectadores todavía no ha tenido la valentía de decirles a todos los seguidores del Barça que es él el que ha tomado la decisión de irse”, arrancó su editorial Juanma, en nota replicada por el reconocido diario español Marca.

“¿Se va un líder?”, se preguntó Castaño. “Para mí no, para mí Messi demuestra que hoy no es un líder. Se va la tiranía de Messi. Messi no ha sido un líder, ha impuesto sus normas en el vestuario. Y hay gente en este vestuario que ha sufrido con Messi. Bartomeu (presidente del Barcelona) se lo merece porque ha gobernado el Barça teniendo miedo a Messi. Han alimentado un monstruo y se lo han comido”, enfatizó.

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“No me imagino a Xavi marchándose así ni a Iniesta, a Puyol yéndose así. ¿Se va un líder del Barça?, para mí no. Se va el mejor jugador de la historia del Barcelona. Hay muchos jugadores del Barça que les da igual que se vaya Messi porque muchos han sufrido con Messi al lado. Tiene una cara oculta. Cuando no se hacen las cosas como él quiere, se va”, concluyó.
Su pensamiento, es hoy el de muchos aficionados del Barcelona, dolidos con una decisión que nunca imaginaron. Aún no se habían preparado para un eventual retiro de su ídolo, mucho menos para una salida intempestiva. No se lo perdonan, aún a sabiendas del pecado que cometen por olvidar el reciente pasado de gloria cuando se han desvivido, han roto sus manos con aplausos, han desgarrado sus gargantas con sus gritos de gol y sus “oleeee” por los firuletes de Leo. Hoy, todo se olvida. El presente es negador del pasado. La gloria se olvida rápido cuando el desamor se apodera de los sentimientos.

Pero como dijimos, hay otros argumentos que sostienen esta salida de Messi. Y, todo gira nuevamente en torno a su liderazgo. En ese análisis del vínculo con los entrenadores y de los “amigos” que lo han acompañado en sus planteles, hay que tener muy presente dos situaciones actuales. Por un lado, después de mucho tiempo y de probar con resultados negativos, el Barsa se ha decidido por un entrenador de tanto nombre como peso en el vestuario. El holandés Ronald Koeman es conocido por su carácter y se ha dejado trascender que, al llegar, le marcó la cancha a Lionel. El clásico “acá mando yo” y se hará “lo que yo diga”. A Messi, no le gustó que ese diálogo se haya hecho público, por un lado. Seguramente, después de tanto tiempo de entrenadores “flexibles” tampoco le habrá hecho gracia alguien que llegue para delinear el terreno. Punto de partida de otra conclusión: Barcelona se desprende de algunas figuras, en su afán de “limpiar” su imagen de reciente fracaso futbolístico, y en ese éxodo, está incluido el uruguayo Luis Suárez. “Lucho” es el mejor amigo de Messi, su compinche dentro y fuera de la cancha. El argentino no pudo digerir no solo la salida del uruguayo del Barsa, sino la forma en que Suárez se enteró: por los medios. Fue quizás el golpe de gracia para que Messi meditara ya con más decisión su final, que, por ahora, no es final. Porque el capítulo judicial y la cláusula de salida de 700 millones de euros estira la agonía. Mientras tanto, se especula si el Inter, el Manchester City de su conocido Pep Guardiola o el Inter, cuyo vicepresidente es Javier Zanetti, abren sus abrazos para recibir al crack. Hoy es todo especulación. Lo cierto es que, en España, dan afuera del Barcelona a Messi. Con Koeman pisando firme, y el dolor a flor de piel por un amor ya no correspondido, los catalanes proclaman “Ha muerto el rey. ¡Viva el Rey!

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