El G7 ha hecho uno de los anuncios más importantes del siglo, las multinacionales deberán tributar un mínimo del 15% de las ganancias en los países en los que trabajen. Ya no permitirán que las casas matrices de las grandes empresas se radiquen en paraísos fiscales.
La liberalización de capitales que se ha generado a partir de los años 70 con el cambio de la matriz económica posfordista keynesiana a una matriz financiera neoliberal, provocó que haya un vuelco del capital industrial al sistema financiero, lo cual permite que el dinero fluctúe por todo el mundo sin restricciones.
Paraísos fiscales
La liberación de los capitales patrocinado por EEUU a través del convenio de Bretton Woods provocó que se crearan los paraísos fiscales. Son pequeños países en los que hay un sistema fiscal favorable para que las grandes fortunas se instalen teniendo una menor carga impositiva.
Esta realidad no fue un problema hasta la crisis mundial del 2008. Los miles de millones de dólares que podían apaciguar la crisis se encontraban allí. A partir de este período se empieza a perseguir a los paraísos fiscales para que los Estados logren recaudar lo que les corresponde. Por ejemplo un caso que resonó mucho en la Argentina fueron los “Panama Papers”.
Perseguir las grandes fortunas personales fue solo el primer paso para generar un mínimo de control en el sistema económico. El segundo gran paso es perseguir a las empresas. Las mismas producen todo su valor en los mercados más fuertes, como lo son todos los integrantes del G7, y se radican en paraísos fiscales como Andorra, Irlanda, Panamá, entre otros.
Dejar en el país el 15% de lo recaudado
El plan consiste en hacer pagar a todas las empresas que trabajan mayoritariamente online como Facebook, Amazon y Google, las cuales no dejan prácticamente nada de recaudación fiscal en el país y sacan grandes beneficios; me refiero con esto a que no mueven por si mismas materiales, industria o gran cantidad de empleados. Son empresas que tienen mucha facilidad para sacar sus ganancias fuera del país de donde la produjeron. El proyecto prevee que paguen el 15% de lo que generan en el país que lo produjeron. Por ejemplo si Amazon tiene una rentabilidad anual de 1.000 millones de dólares en USA, debería dejar en el país unos 150 millones de dólares.
La idea a escala global es frenar la competividad por ver quién tiene los impuestos más bajos, así poder atraer y albergar billones de dólares. Un intento de equidad mercantil en el que se repartan las ganancias dentro del Estado en el que se producen.
Pareciera que el sistema financiero es incontrolable. La bestia desatada a partir del 70 es casi imposible de poner cadenas. Solamente a través de auténticas catástrofes, como lo son la crisis del 2008 y la pandemia del Covid-19 han hecho que las potencias del mundo lo intenten regular de alguna forma.