Diversas agrupaciones y entidades representativas de las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) han expresado una profunda inquietud y han declarado un estado de emergencia en el sector, ante las políticas adoptadas por el Gobierno nacional a poco de cumplirse el cuarto mes de mandato.
El vicepresidente de Industriales PYMEs Argentinos (IPA), Alejandro Bartalini, en declaraciones a Radio 10, manifestó que “hay una incertidumbre muy grande” en el sector. Bartalini advirtió que la crisis actual se profundizará en los próximos meses, destacando la falta de una visión a largo plazo en las medidas gubernamentales y comparando la situación con épocas pasadas de crisis económica.
Según datos proporcionados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), la industria manufacturera PYME registró un retroceso del 9,9% en febrero en comparación con el mismo mes del año anterior, marcando el tercer mes consecutivo de caída en la actividad fabril.
La situación se agrava con la incapacidad de las empresas para operar a plena capacidad, con un promedio del 70,9% de utilización de su capacidad instalada en febrero. Además, se destacan preocupaciones por el aumento de costos, las dificultades para trasladar estos incrementos a los precios y la incertidumbre sobre el impacto de la apertura de importaciones en algunos sectores.
El presidente de IPA, Daniel Rosato, criticó lo que describió como una “apertura indiscriminada” de importaciones por parte del Gobierno, advirtiendo que esto podría conducir al cierre de miles de PYMEs y generando una competencia desleal para el sector.
En respuesta a esta situación, desde la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme) se ha impulsado la declaración de la “Emergencia Mipyme”, denunciando la falta de atención oficial hacia las problemáticas del sector y la ausencia de interlocución con las autoridades.
Por su parte, CAME se reunió con funcionarios del Ministerio de Economía para plantear las principales dificultades que enfrentan las PYMEs y presentar propuestas de medidas para sostener la actividad del sector.
En resumen, el sector PYME enfrenta un panorama desafiante marcado por la incertidumbre y la necesidad de medidas urgentes para asegurar su supervivencia y contribución a la economía nacional.