“No cerramos las puertas a su esperanza “. Así lo dijo el Papa Francisco con motivo de la Jornada Mundial del Inmigrante y del Refugiado en un nuevo intento por sensibilizar a los fieles y a la opinión pública. “Es necesario caminar juntos, sin prejuicios, sin miedo, colocándonos al lado de quienes son los más vulnerables, migrantes, refugiados, desplazados, víctimas de trata y abandonados. Estamos llamados a construir un mundo cada vez más inclusivo que no excluya a nadie”, añadió el Pontífice.
La defensa de los inmigrantes y refugiados se ha convertido en uno de los símbolos de su pontificado en un viejo continente reacio a los flujos migratorios por parte de sectores muy influyentes y gobiernos con políticas antimigratorias, no es casual que su último viaje haya sido días atrás a Hungría y Eslovaquia, dos de los países más soberanistas de Europa, que han cerrado sus puertas a la inmigración que criminalizan sin reparos, relacionándola en ciertas ocasiones hasta con el terrorismo.
Saludo a las distintas comunidades
Luego el Papa desde la ventana de la plaza San Pedro saludó “a los que en las distintas partes del mundo están celebrando este día”, a los fieles reunidos en Loreto por iniciativa de la CEI; “Saludo y agradezco a las diversas comunidades étnicas presentes aquí en la plaza con sus banderas”, se refirió, dirigiéndose también a los representantes del proyecto ‘Open’ de Caritas Italia, Migrantes de la diócesis de Roma. “Gracias a todos por su generoso compromiso”.
Monumento dedicado a los inmigrantes
En este contexto, Francisco invitó a los fieles presentes en la plaza a dirigirse al monumento, dentro del pórtico de las columnas de Bernini, dedicado a los inmigrantes: “Antes de salir de la plaza, los invito a acercarse a ese monumento de allí -señalándolo con el dedo-, el barco con los inmigrantes y a detenerse en la mirada de esas personas y captar en esa mirada la esperanza que todo migrante tiene hoy de empezar a vivir de nuevo. Ir allí, ver ese monumento. No cerremos las puertas a su esperanza”, concluyó emocionado.
