Detuvieron a Roberto Rejas, luego de ocultarse durante 17 días de la Justicia en la provincia de Salta, gracias a un llamado. Fue condenado a prisión perpetua por los crímenes de Milagros Avellaneda y de su hijo Benicio y se dio a la fuga: se encontraba en un camping, se hacía llamar Leo, siempre usaba barbijo y decía ser un estudiante jujeño que necesitaba paz para preparar un examen.
Según fuentes del caso, el femicida no se resistió cuando la policía ingresó este jueves en el hospedaje “Mi Tata”, donde Rejas estaba alojado. Dardo Verchán, el dueño del camping, se encontró con la Policía arrestando al joven que lavaba lanchas a cambio de alojamiento.
Habían llegado tres personas hace 13 días para pasar la noche, pagaron el hospedaje para cuatro y al día siguiente llegó Rejas, contó el encargado del lugar en diálogo con Contexto Tucumán. Tras la llegada del prófugo, los otros se fueron para que “Leo” pudiera estudiar tranquilo. Por esto, determinaron que el recapturado tuvo, por lo menos, tres cómplices que lo ocultaron. Por el momento, solo está detenida -sospechada por el delito mencionado- su novia, Patricia Gómez.
El femicida pasó la noche en la comisaría de Moldes y está previsto que sea trasladado de nuevo a Tucumán el día de hoy, donde en principio quedaría detenido en la Alcaldía de la Ciudad Judicial.
Luego de trascender la recaptura, Amalia Ojeda, la mamá de de Milagros Avellaneda y abuela de Benicio, dijo emocionada: “Mi lucha no fue en vano, la lucha de la fiscal María del Carmen de Reuter investigando durante años no fue en vano, no podía ser que esta lucha sea tirada por la borda”, y agregó que “este 28 se van a cumplir cinco años de la desaparición y muerte de Benicio y de Milagros“, y que “en memoria de ellos” se van a concentrar, pero aún no hay un lugar definido.
La recompensa
El gobierno de Tucumán había ofrecido una recompensa de 2 millones de pesos para quién aporte datos que permitan apresarlo. Además, el abogado Alfredo Aydar agregó $ 3 millones más. La cifra, por un total de $ 5 millones, sería cobrada por la persona que alertó al Equipo Científico de Investigaciones Fiscales del Ministerio Público Fiscal (MPF) que el prófugo se encontraba en Salta.
El hecho
De acuerdo con la investigación del caso, Milagros y Benicio fueron vistos por última vez el 28 de octubre de 2016 cuando salieron de su casa, ubicada en el Barrio Lola Mora, de la capital tucumana, donde ambos vivían junto a otro hijo de la mujer y a Ojeda, abuela de los niños.
Según se determinó en la causa, madre e hijo estuvieron en la zona del Parque 9 de Julio a bordo del auto de Rejas, a quien la mujer le reclamaba que reconociera al niño como propio.
En ese momento, Milagros le envió mensajes a una amiga, en los que le manifestaba que Rejas la estaba golpeando.
Esa fue la última actividad que se registró en el celular de la joven, quien al igual que el niño perdió desde ese día contacto con todos sus allegados.
Para los investigadores fue en ese momento en el que el ahora condenado los asesinó e hizo desaparecer los cuerpos.