Un nuevo hecho de inseguridad conmueve a la ciudad de La Plata. Una abuela y su nieta menor de edad fueron víctimas de un salvaje asalto, cuando delincuentes ingresaron a su vivienda, las torturaron por horas y amenazaron con quemarlas si pedían ayuda.
Finalmente, lo más insólito: los malvivientes no hallaron objetos de valor y escaparon con tres pares de zapatillas y tres celulares viejos.
El hecho ocurrió cerca de la una de la madrugada del jueves último, en una vivienda ubicada en 140 y 527, de la localidad de San Carlos, partido de La Plata.
Un grupo de al menos dos delincuentes ingresó a la vivienda y sorprendieron a ambas mujeres descansando. “Estaba durmiendo cuando de pronto sentí que abrían la puerta. Pensé que era mi nieta la que estaba entrando así que me quedé en la cama. Creo que le estaba diciendo que no hiciera mucho ruido cuando la luz se encendió. Abrí los ojos y tenía dos tipos en la pieza, uno por los pies de la cama y el otro al costado“, señaló la mujer de 65 años.
Inmediatamente uno de ellos se abalanzó sobre la mujer. “Recuerdo que uno estaba con barbijo y había otro, el más malo, que no escondió su cara. Ese mismo fue el que se me tiró encima y me empezó a cachetear. Me dijo ‘te vendieron vieja, sabemos que hace poco vendiste un auto y que tenés plata'”, contó la víctima en diálogo con El Día.
Mientras el delincuente la golpeaba, su cómplice comenzó a registrar la habitación en busca del supuesto dinero, pero la mujer les explicó que no había vendido el auto todavía. Fue entonces que su nieta, de 14 años, llegó a la casa y terminó siendo reducida y atada a una silla. “Le dijeron que se quedara calladita porque me iban a matar. Mi nieta intentó zafarse y cuando se dieron cuenta le pegaron en las costillas. Cuando me levanté para protegerla, me agarraron a patadas y hasta me mordieron. Yo creo que el tipo estaba más enojado con la persona que le había pasado el dato que conmigo, pero se terminó descargando con nosotras”, precisó la mujer.
“Si gritan, las quemo”: le dijo uno de los atacantes a Teresa con el fin de intimidarla.
La mujer sufrió la fractura de uno de sus brazos como resultado de la feroz golpiza y, para evitar que fuera aún peor, les ofreció su auto a los malvivientes, que finalmente no se lo llevaron y escaparon con solo tres celulares viejos y tres pares de zapatillas.
Los agresores aún no han sido identificados y son intensamente buscados. La fiscalía interviniente ya pidió distintas pesquisas para tratar de ubicarlos.