Los restos de Tomás Tello, el joven de 18 años brutalmente asesinado por una patota en Santa Teresita, han sido trasladados al cementerio municipal de General Lavalle, en el paraje Pavón, para su inhumación. Una extensa caravana de autos y vehículos acompañó el cortejo después de un breve responso, ya que los padres del joven optaron por no realizar un velatorio.
A pesar de la decisión de la familia de mantener la ceremonia en privado, varios vecinos y allegados se congregaron en la casa mortuoria para expresar sus condolencias y apoyo.
La madre de Tomás solicitó respeto por la privacidad durante el entierro, sumida en el dolor por el crimen que ha llevado a nueve personas detenidas, incluyendo dos menores de edad. La policía buscaba a una décima persona, con participación activa en el homicidio, según se observa en las grabaciones de cámaras de teléfonos y de seguridad.
El informe de la autopsia reveló que la causa de la muerte de Tomás fue una puñalada en el pecho, específicamente una “herida punzocortante en línea media de tórax con laceración de aurícula derecha que generó taponamiento cardíaco, llevando a la muerte”. Aunque aún no se ha confirmado el arma homicida, se especula sobre la posibilidad de una tijera, ya que no se ha encontrado el objeto en cuestión.
La indagatoria continúa, con una prórroga anunciada hasta mañana en la ciudad de Dolores. Los nueve detenidos, dos de ellos menores, enfrentan imputaciones por homicidio agravado por concurso premeditado y alevosía. Mientras los menores fueron trasladados a Dolores, los adultos permanecen detenidos en la comisaría de Santa Teresita, donde se registraron incidentes entre la policía y allegados a la víctima durante la tarde-noche del lunes. La investigación sigue su curso para esclarecer los detalles de este trágico suceso.