Este domingo, alrededor de 35 millones de ciudadanos argentinos tienen el poder de moldear el futuro político de su país al decidir quién ocupará la presidencia a partir del 10 de diciembre. La contienda electoral enfrenta a Sergio Massa, de Unión por la Patria (UxP), y a Javier Milei, de La Libertad Avanza (LLA), en un balotaje que pone fin a un proceso iniciado en agosto con las primarias abiertas y continuó con las elecciones presidenciales de octubre.
El camino hacia esta definición ha sido marcado por giros sorprendentes en las preferencias del electorado. Tras las PASO, donde La Libertad Avanza lideró en votos, las elecciones generales de octubre vieron un cambio significativo con Massa emergiendo como el candidato presidencial más elegido, superando el 37% de los votos. Milei quedó en segundo lugar, y Patricia Bullrich de Juntos por el Cambio quedó fuera del balotaje.
La polarización de dos proyectos de país antagónicos se traduce en una elección trascendental, donde los ciudadanos deberán decidir entre la continuidad del oficialismo con Massa-Agustín Rossi o un cambio radical con Milei-Victoria Villarruel.
Este balotaje también revelará cómo se han redistribuido los apoyos después de la eliminación de otros tres candidatos presidenciales en octubre: Bullrich de JxC, Myriam Bregman del Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT-U), y Juan Schiaretti de Hacemos por Nuestro País (HpNP).
La participación electoral ha sido destacada, con un 8% más de votantes comparado con las PASO de agosto, mostrando un interés renovado en el proceso democrático. El desafío para UxP y LLA radica ahora en convencer a los votantes que optaron por otras fuerzas en octubre, en un último esfuerzo por asegurar la victoria y dirigir los destinos del país en los próximos cuatro años.