En una jornada clave, el Gobierno nacional argentino y representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) han iniciado hoy una serie de encuentros en Buenos Aires con el objetivo prioritario de revitalizar el acuerdo para la refinanciación del préstamo de US$ 45,000 adquirido por el país con el organismo internacional.
La comitiva proveniente de Washington, encabezada por el Jefe del Departamento del Hemisferio Occidental, Luis Cubeddu, y el jefe Ashvin Ahuja, junto con un equipo de expertos responsables de la auditoría de las cuentas públicas, se reunirá tanto en el Ministerio de Economía como en el Banco Central para evaluar el estado actual de las finanzas públicas argentinas, cuyos resultados formarán parte integral del Staff Report Agreement.
Fuentes oficiales indicaron que “se acordó con el FMI que hoy comienzan las reuniones entre los equipos técnicos del BCRA y del Ministerio de Economía, que van a seguir durante el fin de semana”. Además, se espera que la reunión entre el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro de Economía, Luis Caputo, tenga lugar el próximo lunes.
En caso de que se logre un acuerdo, el informe resultante será elevado al Directorio del FMI y, si es aprobado, generará un desembolso cuya cantidad aún está en discusión. Cabe destacar que Argentina tiene pendiente el giro correspondiente a la revisión programada para noviembre, la cual no se llevó a cabo por motivos políticos, y que asciende a U$S 2,600 millones. Este desembolso, de ser aprobado, garantizaría la llegada de fondos al Banco Central.
Además, el gobierno argentino busca el adelanto de U$S 1,000 correspondientes a la auditoría programada para marzo. La solicitud incluye la unificación de los vencimientos de enero para el último día del mes por U$S 1,900, aunque se destaca que este ingreso no mejorará directamente el nivel de reservas, ya que Argentina debe devolver U$S 960 millones a la CAF, fondos que recibió para realizar el pago correspondiente a diciembre.
La decisión de postergar los vencimientos hacia fin de mes refleja la esperanza del Gobierno de obtener la aprobación del Board del FMI durante enero, evitando así la necesidad de recurrir a nuevas estrategias financieras para cumplir con sus obligaciones.