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domingo, abril 28, 2024
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Hackeo a D’Alessandro: el acusado dijo que prendió fuego su celular y lo tiró al Paraná

Se trata de Elías Ezequiel Nuñes Pinheiro (22), quien amplió hoy su indagatoria ante la fiscal Daniela Dupuy. Dijo que lo hizo porque "me asusté"

El joven que admitió haber hackeado el teléfono celular del exministro de Justica y Seguridad porteño Marcelo D’Alessandro afirmó hoy que prendió fuego su propio celular y lo arrojó al río Paraná luego de que lo hubieran citado como testigo en otra causa judicial porque se “asustó”, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Elías Ezequiel Nuñes Pinheiro (22), quien amplió hoy su indagatoria ante la fiscal Daniela Dupuy, que encabeza la Unidad Fiscal Especializada en Delitos y Contravenciones Informáticas de la ciudad de Buenos Aires, desde donde investiga el hackeo al celular del exfuncionario porteño.

Asistido por los abogados Sebastián Noguera y Marcos Kapko, Nuñes Pinheiro se mostró colaborativo y aportó datos que no habían quedado claros en un anterior declaración cuando contó que había sido contacto por Telegram y contratado por personas desconocidas para obtener claves de accesos a los chats de distintas personas.

En esta oportunidad, el joven que vive en Misiones agregó que a su teléfono lo prendió fuego y lo tiró al Rio Paraná luego de que lo citaran como testigo en una causa: se trató del expediente iniciado por una denuncia del diputado nacional del PRO Diego Santilli y que archivó la jueza María Romilda Servini en diciembre pasado.

En esa causa se reconstruyó cómo se intentaron vulnerar las comunicaciones de Santilli a través del método de “sim swap”, duplicación de tarjeta de sim, y allí se detectó que los chips utilizados para el hackeo habían pasado, entre otros, por las manos de Nuñes Pinheiro.

En el expediente que tramita ante la justicia porteña, en cambio, el joven que hoy amplió su indagatoria fue citado como imputado y en ese contexto reconoció que había participado del hackeo a D’Alessandro y esta mañana agregó el episodio vinculado a su propio celular: aportó además el lugar específico donde lo arrojó, en Eldorado, con el objetivo de que se lo pueda buscar, dijeron las fuentes.

Dijo que había procedido de esa forma luego de constatar, también, que los diálogos a través de los cuales lo habían contratado habían sido borrados de entre sus comunicaciones por sus interlocutores.

Además, aportó el nombre y todos los datos de otra persona a la que le envió 50 chips de los cuales alguno de ellos pudo haberse usado para habilitar o intentar habilitar otras líneas, informaron fuentes judiciales.

En su declaración anterior el imputado admitió que fue contratado para cometer el hecho por un usuario del sistema de mensajería Telegram y que cobró entre 12 y 15 mil pesos con criptomonedas transferidas de una billetera virtual de pago.

El imputado reconoció que obtuvo y que envió los códigos para acceder a la información de los sistemas de mensajería WhatsApp y Telegram del teléfono del entonces funcionario porteño a este desconocido, quien luego le pagó con una transferencia en criptomonedas a una billetera virtual.

A la hora de identificarlo, dijo que en un par de ocasiones le dejó mensajes grabados y que la “tonada era propia de alguien que vive en el norte del país”, que hablaba de “sus gurises” y que por ello estaba seguro que no era oriunda de la Capital Federal.

“Siempre me hacía los pagos por criptoactivos y su perfil de Telegram no revelaba nada màs que el nombre ‘Eljuanxa'”, detalló, y agregó que según su impresión la cuenta era manejada por “más de una persona” porque en algunas ocasiones el “modo de escribir en Telegram cambiaba”.

“Deseo aclarar que en ningún momento accedí al contenido” de los mensajes de D’Alessandro, dijo.

También especificó que cobró “unos 12.000, 15.000 pesos” y que “en esta ocasión fue el usuario el que me fijó el monto” que recibió “en una billetera de Lemon asociada a una cuenta de correo”; aunque hoy agregó que ese día habría cobrado por tres trabajos por lo que las cifra recibida habría triplicado el monto referido al pedido individual.

Al dar detalles, en su primera declaración, refirió que el hackeo a D’Alessandro ocurrió el 19 de octubre de 2022 y comenzó con una consulta a un sitio llamado “Dark PFA” de donde obtenía información vinculada a datos del Renaper y que usó en varias ocasiones para otros trabajos similares que solía realizar y promocionaba en Telegram.

El “trabajo” le había sido encargado en agosto de ese año por mensaje privado de Telegram por un usuario identificado como “ElJuanxa”, sin foto de perfil, que le pasó varios números de teléfono de diferentes personas para que hiciera el “recupero”, según dijo en su declaración, a la que tuvo acceso Télam.

También consultaba bases de datos como Nosis, para lo cual creó un perfil falso, para obtener datos que eran necesarios a la hora de responder una “trivia” de la empresa Movistar cuando comenzaba el llamado “sim swap”.

Según refirió, su “cliente” le dijo que buscaba la información para “averiguar infidelidades”.

Al acusado se le imputa haber hackeado el 19 de octubre de 2022 a las 15.20 aproximadamente los datos originales de la línea de D’Alessandro, para luego tomar el control del abonado telefónico y “recuperar el acceso a las plataformas de mensajería instantánea Telegram y WhatsApp”.

En su denuncia, D’Alessandro refirió que ese día “perdió conectividad de su línea telefónica” y desde la empresa Movistar “le indicaron que sujetos no identificados suplantando su identidad personal por vía remota gestionaron un cambio no autorizado de tarjeta SIM” y que “contestaron con éxito una trivia de preguntas” para lograrlo.

Con posterioridad al hecho en diciembre último, en una página de internet y mediante cuentas en la red social Twitter, se difundieron supuestos extractos de conversaciones de D’Alessandro en la red privada Telegram, como parte de un grupo al que pertenecía, bautizado “Grupo Donato contraataca” y vinculado al viaje que hizo junto a jueces federales a Lago Escondido, en Bariloche. //TelefeNoticias.

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