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viernes, abril 26, 2024
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“Los unos y los otros”, la película de la política

Una radiografía del escenario político actual y sus grandes semejanzas con el clásico film

El próximo 27 de mayo se cumplirán 39 años del estreno de “Los unos y los otros”, el film de Claude Lelouch que se transformó en un ícono del cine de culto. El título de la película bien podría graficar el mapa político nacional, con varios actores protagónicos y muchos más de reparto. Luz, cámara, acción…

En el universo oficialista hay mucha tela para cortar. Si bien esta semana se está “celebrando” el año de la decisión que cambiaría el rumbo político del país -Cristina Fernández de Kirchner anunciando la fórmula presidencial encabezada por Alberto Fernández-, hoy la alianza de Gobierno dista de ser El Crucero del Amor.

Para ser más ordenados, valga recordar que por aquellos días que se recuerdan en que la actual vicepresidenta sorprendió a todos los argentinos, mucho se especuló acerca de un posible futuro doble comando, o aún más allá, se habló de Alberto al Gobierno, Cristina al Poder.

En el entorno del hoy Presidente, su equipo de confianza -entre el Grupo Callao y sus antecesores del justicialismo porteño- pregonaban en off que “hay un acuerdo, Cristina arma las listas y Alberto pondrá su sello en el Gabinete”.A decir verdad, bastante de ello ocurrió, aunque…

En el cierre de listas, pasó lo que ocurre siempre, peleas, discusiones, acuerdos, ganadores y perdedores, dentro de esa lógica preanunciada. Y en la conformación del Gabinete, también hubo bastante de esa lógica. Santiago Cafiero, jefe de Gabinete; Julio Vitobello, secretario General; Juan Pablo Biondi, vocero presidencial; Juan Manuel Olmos, a cargo de la Unidad de Asesores del Presidente; Gustavo Beliz, secretario de Asuntos Estratégicos, y Vilma Ibarra, a cargo de la Secretaría Legal y Técnica, una de las personas en las que más confía Alberto Fernández. Hasta ahí, podría decirse la mesa chica.

Fuera de ese círculo íntimo, se abrió el juego de acuerdos. Quienes quedaron fuera de los mismos, hoy son los que hablan en off y critican por lo bajo. Allí es donde empieza a desgranarse el quién es quién. Entre los más críticos, están quienes dicen “el massismo es el que mejor ´cobró´ o “le estamos haciendo la campaña 2023 gratis a Massa” y en tiempos más recientes, los que se quejan porque “La Cámpora gana cada vez más terreno”, y ven un avance de Sergio Massa y Máximo Kirchner en el posicionamiento político, más por fuera que por dentro del Gobierno. Y aquí vale la pena abrir un nuevo camino para entender un poco más.

 La fotografía del Gabinete

A los nombres ya descriptos del entorno de Alberto Fernández, como figuras propias hay que sumarle a los ministros Martín Guzmán (Economía, apuesta fuerte del Presidente), Matías Kulfas (Producción), Marcela Losardo (Justicia, socia de Alberto en su estudio jurídico), Felipe Solá (Relaciones Exteriores), Daniel Arroyo (Desarrollo Social), María Eugenia Bielsa (Desarrollo Territorial), Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Nicolás Trotta (Educación), Claudio Moroni (Trabajo), Matías Lammens (Deportes y Turismo), Inés Arrondo (secretaria de Deportes) y el titular del Banco Central, Miguel Pesce.

A Massa, quien se referencia como el garante de los valores e intereses de la clase media, se le asigna no solo el muy buen lugar personal que “negoció” en su acuerdo de unidad con los distintos sectores que componen la alianza oficialista, como lo es ser presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, sino haber ubicado, por ejemplo, a Mario Meoni como ministro de Transporte; a su propia esposa, Malena Galmarini, como titular de AYSA; a su ex vocero Claudio Ambrosini, uno de sus hombres históricos y de mayor confianza, a cargo del ENACOM), a uno de los directores de Aerolíneas Argentinas, Javier Faroni, y el ex diputado nacional, José Ignacio De Mendiguren, a cargo del BICE.

En tanto, el kirchnerismo y su agrupación La Cámpora, tienen como representantes a Eduardo “Wado” de Pedro (Interior), Ginés González García (Salud) -ambos establecieron muy buen vínculo con el Presidente, aunque en el plano comunicacional, Gines tuvo chisporroteos con el equipo presidencial-; Agustín Rossi (Defensa), Tristán Bauer (Cultura), Roberto Salvarezza (Ciencia y Tecnología), Sabina Frederic (Seguridad), Juan Cabandié (Ambiente), Luana Volnovich (PAMI) y la reciente incorporación de Fernanda Raverta en Anses. En este cierre de la marplatense en el organismo que maneja la seguridad social, las voces críticas recrudecieron: “le entregaron las dos cajas más grandes a La Cámpora”, en alusión a la Anses y el PAMI.

En esta estructura, hay que sumar a Máximo Kirchner, presidente del bloque oficialista en Diputados, a quien asignan no solo su importante rol político en el espacio legislativo, sino su “importante” presencia en la provincia de Buenos Aires -de hecho, la reciente llegada de Andrés “Cuervo” Larroque al gabinete de Axel Kicillof así lo demuestra-, con recorridas permanentes por el conurbano, en fotos que lo muestran alternativamente con el Presidente, el Gobernador e intendentes.

“La Cámpora tiene cada vez más extensión territorial y peso político”, se quejan en el PJ tradicional. Por eso, no extrañan los comentarios de intendentes de importantes distritos del Gran Buenos Aires. “En la Provincia, nos mearon para los cargos y nos ningunean ahora”, dicen sin eufemismos.

En este juego de Los Unos y Los Otros, hay amores y odios, celos y sospechas. El albertismo y el peronismo “de siempre”, como se denominan los que buscan diferenciarse de los nuevos “ismos”, ven en Máximo Kirchner y en Sergio Massa una alianza “por conveniencia”, que tiene su mayor sustento en Diputados. Pero en ambos entornos, se celan y se sospechan. Días pasados, en plena pandemia, donde se habla más de cuestiones sanitarias que de temas políticos, resultó extraño el encuentro virtual que mantuvo Massa con más de 200 dirigentes del Frente Renovador. “Se cortó solo, cuando hoy somos un espacio único, plural”, endilgan del otro lado.

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Un concejal de la zona oeste, con pertenencia en el FR, aseguró por estos días “Sergio (Massa) ya nos dio la orden de armar para él”. Ese armado tiene un objetivo: 2023. En el ala albertista, hacen esta lectura: “Sergio y Máximo van a tirar juntos hasta el 2023, y ahí tendrán que dirimir poder”. En el kirchnerismo, sostienen que “Sergio volverá a hacer de las suyas, nos va a traicionar”.

Particular es la interna política desatada en el territorio de Massa. Antes de las elecciones, pareció explotar la interna entre el intendente Julio Zamora y el presidente de la Cámara de Diputados y su ex jefe político. Massa quiso imponer a su esposa Malena Galmarini como candidata a intendenta, pero el jefe político se plantó firme, resistió y conservó el cargo con el poder del voto. Pero hoy la interna se reavivó: el presidente y el gobernador bonaerense visitaron la planta de VW en ese distrito. Asistieron, entre otros, Zamora y Galmarini ¿Qué ocurrió? Zamora difundió una foto en la que se lo ve a él con ambos mandatarios. Malena hizo lo propio: en su foto, no se ve al intendente. Es más, los presentes aseguran que metió un buen pique para lograr un buen lugar. ¿Había obras de Aysa en el lugar? No, había política interna.

En este ir y venir, esta semana hubo “fuego amigo”. Representantes del kirchnerismo, con nombre y apellido como Alicia Castro, Roberto Baradel y Fernanda Vallejos, por citar ejemplos, y otros -y otras- “anónimos”, desde sus redes sociales, fustigaron duramente al Gobierno por su supuesta ayuda a las empresas Clarin y Techint en el pago de salarios. Le ex diputada y ex embajadoras Castro, lo sintetizó con su último posteo. “Lxs que crean que ignorando errores ayudan al gobierno, se equivocan. Eso mismo creían quienes apoyaron las privatizaciones de Menem o la Reforma Laboral de la Alianza: Los y las obsecuentes los conducen al abismo”. Lo subió el pasado domingo a la mañana.

El juego de la oposición

Se habló mucho también por estos días de las fotos de Alberto Fernández, en el marco de las conferencias por el Covid-19. Su acercamiento a Horacio Rodríguez Larreta generó más reproches internos que comentarios de la oposición. ¿“Qué hace regalándole espacio al que hoy es líder del PRO”?, esgrimieron desde el ala dura del kirchnerismo. Así fue como se originó un reproche de la propia Cristina Fernández, que movió a que Alberto Fernández a las pocas horas saliera a cuestionar la gestión de la ex gobernadora María Eugenia Vidal. No aplacó los ánimos, ni mucho menos.

Llovieron críticas en off y en on para el Presidente. Incluso, Axel Kicillof, representando a un ala más amigable del kirchnerismo, encabezó un duro ataque al jefe de Gobierno porteño por su manejo de la emergencia sanitaria, que devino en excepciones para la circulación en la Ciudad de Buenos Aires y en la trágica muerte de Ramona Medina, habitante de la villa 31 de Retiro.

La respuesta de Alberto Fernández a esas críticas no se hizo esperar: distribuyó en los medios una foto junto a Rodríguez Larreta en Olivos. Y un grupo de intendentes, más afines -entre ellos, Juan Zabaleta (Hurlingham), Fernando Moreira (San Martín) y Alberto Descalzo (Ituzaingó), emitieron su propio comunicado, pidiéndole a Kicillof flexibilizar la cuarentena, en lo que se pareció más a un apoyo explícito a Alberto y un lápiz con láser apuntando a Axel, que el pedido en si mismo.

Del otro lado, esas fotos también hicieron ruido. El macrismo ve movimientos “propios” de Larreta. Macri reapareció en las últimas horas, después de largo tiempo de silencio, pero en el mientras tanto, tiene a Patricia Bullrich, hoy presidenta del PRO, como la representante del sector duro macrista. Es la espada del ex Presidente para hacer frente al oficialismo. “Guardado” Marcos Peña -aunque le atribuyen varias de las movidas de redes sociales de los últimos tiempos-, no tiene otras grandes figuras el macrismo para este momento. Por eso, es que genera aún más ruido este temprano despertar aspiracional del mandamás porteño.

Por su lado, María Eugenia Vidal hace su juego y generan suspicacias sus movimientos. Hoy más cerca de Larreta, en su oficio de asesora para estos duros tiempos, se ha mostrado con intendentes del conurbano -con su ex rival interno, Jorge Macri, y con Néstor Grindetti, principalmente-, pero en su entorno aseguran que habla seguido con Macri. ¿Volverá a caminar en la Provincia o se afianzará en Capital, donde supo ser ministra de Macri y donde ha vuelto a residir? Es una pregunta abierta.

Algunos están atentos a un dúo que hoy está lejos de la “rosca”, pero que dicen, se las trae. Son Emilio Monzó y Rogelio Frigerio, ex presidente de la Cámara de Diputados y ex ministro del Interior, respectivamente. Monzó, se sabe, no cerró en los mejores términos con el ex Presidente ni con la ex gobernadora. Siempre se habló de un posible intento de armado propio en la Provincia de Buenos Aires. Hoy, no se descarta que ocurra, aunque la incógnita es será con sus ex aliados o abrirá nuevos espacios de participación, cercanos a su ideología: clásico hombre de consensos. “Tiene tantos vínculos en Cambiemos, como en el peronismo”, aseguran sus íntimos.  

Falta mucho para 2023 -más en esta coyuntura-, no tanto para 2021, donde habrá nuevamente renovación legislativa y donde podrá empezarse a vislumbrar cómo siguen estos acuerdos y en que devienen las internas declaradas. Hay quienes aseguran que, al menos, será una oportunidad para Alberto Fernández para oxigenar el Gabinete y “acomodar los tantos”, con la excusa de fortalecer las listas. Seguramente, será otro clásico de los clásicos de los cierres de listas. 

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