El creador del NK Ateneo es Rudy Fernando Ulloa, un viejo amigo de Néstor Kirchner, quien lo conoció desde chico. Hace 14 años, inauguró el primer NK Ateneo en Río Gallegos y se volvió un lugar de culto. Ahora quiere hacer lo mismo en Buenos Aires.
Ulloa inauguró el jueves pasado la nueva parrilla en San Telmo, que rinde homenaje al ex presidente con una especie de museo con fotos de su niñez, vida política y militancia. Una escultura de Néstor Kirchner, realizada por el escultor Miguel Villalba, sentado en una mesa recibe a los comensales.
Néstor Kirchner está sentado con una camisa a cuadros y en su mesa tiene un café sobre un individual con la cara de Perón y Evita, el libro Sinceramente Cristina Fernández y un cuaderno de visitas.
Las paredes tienen fotos de Kirchner, desde su infancia hasta que se convirtió en presidente, recorriendo su vida, amigos, compañeros de militancia y políticos.
Cuenta con dos pisos, espacio para 76 clientes y su horario es de miércoles a domingo de 10 a 24 horas. Los individuales tienen imágenes de Perón, Evita y Néstor y todo el personal viste camisas negras que en la espalda llevan frases como “Vengo a proponerles un sueño”.
Rudy Ulloa hizo la primer firma del libro de visitas: “Compartir parte de mi vida al lado de uno de los líderes políticos más influyentes de la Argentina, significa abrirme a un tiempo de la historia cargada de muchas anécdotas que acompañaron al intendente, al gobernador, al presidente y al amigo. Este espacio es para todos los habitantes de este país y del mundo. Guarda fotos y recuerdos de gestión, de familia, de la militancia, del ex presidente de la Argentina. Néstor mi amigo del alma se convirtió en mi aliado, en mi memoria y en mi otra mitad. El que me sonríe desde un lugar más sereno deseándome lo mejor y recordándome a cada instante lo que no debo hacer. Para vos este espacio, este humilde homenaje para que todos sigamos sintiéndote cerca y aprendiendo cada día de tu legado”.
Ulloa contó que vistió a Néstor tras fallecer y eligió la del 27 de octubre de 2010, la misma que viste la escultura.
La carta de la nueva parrilla de San Telmo tiene varios cortes de carne a la parrilla. También ofrece un cordero patagónico marinado al malbec y finas hierbas que Ulloa trae especialmente desde el sur, a $2100. Los ravioles cuestan $900, la milanesa $850, el servicio de mesa $150 y los vinos arrancan en los $1800, con opciones más económicas fuera de la misma carta.
