La Cámara de Diputados se encuentra inmersa en la segunda jornada de debate de la Ley Ómnibus, un megaproyecto impulsado por el presidente Javier Milei que ha despertado intensas discusiones. Aunque la aprobación en general parece encaminada, persisten serias dudas sobre el tratamiento particular de algunos artículos cruciales, especialmente aquel que busca autorizar un paquete de privatizaciones de empresas públicas.
La sesión del pasado miércoles transcurrió hasta cerca de las 22 horas, momento en que, a solicitud del jefe de bloque de La Libertad Avanza, Oscar Zago, se votó a favor de un cuarto intermedio. Este receso permitió pausar las disertaciones individuales hasta la jornada de hoy, cuando los representantes regresaron al Congreso después de las 12 para dar continuidad a las discusiones.
La flexibilización de la sesión fue una idea que rondó los pasillos del Palacio Legislativo a lo largo del día, confirmándose minutos antes de la propuesta en el recinto.
La incertidumbre ahora se centra en cómo quedará redactado el articulado después de las correcciones que se le apliquen durante la votación en particular. Este proceso, en el que se vota artículo por artículo, podría suponer desafíos para el oficialismo, que podría enfrentar derrotas en puntos clave, especialmente en lo relacionado con el programa de privatizaciones.
A pesar de las tensiones y la posibilidad de confrontaciones en la votación en particular, La Libertad Avanza se encamina hacia la aprobación general, siempre y cuando no surjan divergencias significativas durante el proceso. El jueves se presenta como una jornada crucial para definir el rumbo de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados.