Gerardo Zamora claramente no confía en sus candidatos, de tal manera que decidió encabezar él la campaña y ponerse “el equipo al hombro”, pero lejos de solo apoyarlos decidió meterse en la lista, como tercer diputado suplente, pero su accionar batió el record de las candidaturas testimoniales.
El gobernador de Santiago del Estero es la figura más importante del Frente Cívico que gobierna esa provincia desde hace varios años. Pero su influencia no parece alcanzar y se vio obligado a tener que encabezar él la campaña.
De todos modos lejos de figurar con una posición testimonial como las candidaturas del gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, o el de Tucumán, Juan Manzur, o Rodolfo Suárez en Mendoza, la situación de Zamora es muchísimo más escandalosa.
Es que Zamora decidió borrar a todos los candidatos de la lista y poner solo su foto en la boleta, pese a que él es el tercer suplente y no tiene ninguna oportunidad, a menos que obligue a renunciar a toda la lista.
La situación del gobernador santiagueño obliga a repensar las presentaciones de las candidaturas testimoniales, pero fundamentalmente la trampa o engaño a los electores que se ven influenciados por votar a una persona que no tiene la más mínima intención de ocupar el cargo para el que se postula.
Zamora hace esta maniobra por temor al crecimiento de Pablo Mirolo, el intendente de La Banda, que cuenta con el apoyo de Sergio Massa y que en las encuestas viene muy cerca del actual mandamás de la provincia.
