La reciente designación de Martín Menem como presidente de la Cámara de Diputados ha desencadenado fuertes tensiones dentro del seno del PRO, exacerbando las disputas internas que ya aquejaban al partido. Este nombramiento se suma a la polémica generada por la aceptación del cargo de ministra de Seguridad por parte de Patricia Bullrich en el futuro gobierno nacional, liderado por Javier Milei. La decisión de Bullrich ha avivado la brecha entre las facciones internas del partido, conocidas como ‘palomas’ y ‘halcones’, y ha dejado en evidencia un desacuerdo fundamental con la designación de Menem.
La coalición opositora Juntos por el Cambio, que ha experimentado transformaciones desde el triunfo de Milei, enfrenta ahora una falta de consensos internos. La unidad entre Bullrich y el expresidente Macri, conocida como el “Pacto de Acassuso”, se ha visto afectada por divergencias en la estrategia frente al nuevo gobierno. Macri buscaba una negociación amplia con Milei, abarcando la designación de funcionarios y la discusión sobre la presidencia de la Cámara de Diputados, mientras que Bullrich optó por una estrategia más individualista, generando tensiones entre ambos líderes.
Los cortocircuitos entre Macri y Bullrich han intensificado las divisiones dentro del PRO, donde las diferencias de enfoque para enfrentar al gobierno de Milei se vuelven cada vez más evidentes. La designación de Menem como presidente de la Cámara de Diputados agrega un nuevo frente de disputa con La Libertad Avanza, la fuerza libertaria que liderará el país a partir del 10 de diciembre.
En medio de este panorama, el vicepresidente del PRO, Federico Angelini, destacó que las designaciones de Bullrich y Luis Caputo en Economía no implican un acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza, sino una oferta del presidente electo Milei hacia ambos.
Patricia Bullrich, ante este escenario, ha decidido automarginarse de la conducción actual y futura del PRO, anunciando su renuncia a la presidencia del partido. Mientras el partido se apresura a organizar elecciones internas para elegir nuevas autoridades, se vislumbra la posibilidad de dos listas larretistas y macristas, aunque aún persiste la esperanza de alcanzar un consenso.
El cronograma electoral contempla el cierre de padrones el 13 de diciembre, la presentación de listas el 23 de enero y la elección de autoridades el 17 de marzo, con la asunción de las nuevas autoridades programada para abril. En este contexto, el PRO se enfrenta a la encrucijada de definir su identidad política en relación con el gobierno de Milei, con el riesgo de desdibujarse de cara a las elecciones de medio término de 2025 en caso de una cercanía excesiva con la gestión libertaria.