Las clases fueron suspendidas el viernes tras una denuncia de abuso. Inmediatamente el escándalo comenzó a escalar rápidamente en la localidad y luego también a nivel provincial y nacional. Ahora las autoridades buscan reestablecer la confianza con los padres y para ello mantuvieron una reunión virtual donde se contaron las nuevas medidas de seguridad que se van a implementar.
Uno de los grandes problemas con los que se encontró la fiscalía es que las cámaras de seguridad no funcionaban en el establecimiento desde hacía unas semanas y tampoco estaba el registro de personal que ingresaba al establecimiento.
De todos modos los investigadores confirmaron que ya se realizó la Cámara Gesell a la menor de 7 años que denunció el abuso en la zona de los baños y que se están tomando testimoniales pese a la fuerte resistencia con la que se encontraron en un primer momento.
En la localidad de donde es oriundo el Gobernador prácticamente no se habla de otra cosa y el escándalo promete seguir escalando en los próximos días a medida que se vayan conociendo más detalles de la investigación que por el momento mantiene importante hermetismo bajo el fundamento de proteger a la víctima de una revictimización.
En la reunión con los padres de los alumnos se aclaró que a partir de ahora se colocarán nuevas cámaras de seguridad y al menos una estará apuntando hacia la entrada de los baños, lugar donde habría ocurrido el abuso, y se colocarán otras para cubrir todos los puntos ciegos que había con las que estaban, y que no estaban funcionando.
Los padres de los alumnos se mostraron conformes pero los propios chicos decidieron encabezar una nueva sentada esta semana pidiendo la resolución inmediata de la situación.
Los fiscales Ángela Capitanio y Favia Burella intentan dar tranquilidad a las víctimas y al resto de la comunidad educativa de que se investigará hasta las últimas consecuencias.