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Caputo resiste la presión empresarial y refuerza el cepo cambiario

Empresarios presionan por levantar el cepo mientras Caputo refuerza medidas restrictivas

En medio de las crecientes presiones de los empresarios por flexibilizar el cepo cambiario, el gobierno de Luis Caputo ha tomado una medida contundente al extender el alcance del impuesto PAÍS al giro de dividendos y a las operaciones con Bopreal. Esta acción, anunciada a través de un decreto publicado este lunes, establece una alícuota del 17,5%, que ahora se aplicará tanto a la compra de divisas destinadas a la repatriación de inversiones como a la distribución de utilidades y dividendos, así como a quienes adquieran BOPREAL con fines similares.

Esta decisión ha generado un fuerte rechazo por parte de los sectores empresariales, que reclaman la promesa de campaña de Milei de levantar el cepo cambiario. Economistas como Luciano Laspina y Marina Dal Poggetto, junto con otros representantes de la ortodoxia económica, han expresado duras críticas hacia el actual esquema, señalando las restricciones cambiarias como el punto débil que obstaculiza la recuperación económica.

Según Laspina, el aumento de la carga impositiva alcanza niveles sin precedentes, llegando a una alícuota final del 60% para las empresas que invierten en el país. Por su parte, Dal Poggetto advierte sobre la dependencia del esquema actual del cepo cambiario, señalando la necesidad de establecer un nuevo régimen monetario para estabilizar la demanda de pesos.

//   El salario formal cayó 15% en términos reales en el último semestre

A pesar de las críticas, el gobierno sostiene que esta medida es crucial para evitar el derrumbe de la recaudación, que ha caído significativamente debido a la depresión del nivel de actividad económica. En este contexto, el Impuesto PAÍS se ha convertido en el único tributo que muestra un crecimiento exponencial, con un aumento interanual de más del 1100%.

El interrogante sobre la capacidad del gobierno para mantener esta política frente a la presión del bloque de poder que sustenta su proyecto político se mantiene abierto. Empresas, bancos, inversores e incluso el FMI condicionan el financiamiento al levantamiento de las barreras cambiarias, lo que plantea desafíos adicionales para la administración de Caputo en un contexto económico cada vez más complejo.

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