Una mujer argentina quedó detenida cuando pretendía salir del país desde el aeropuerto de Ezeiza hacia Europa, cuando se comprobó que la ropa que llevaba en su valija estaba impregnada con casi 10 kilos de cocaína.
El inusual hallazgo se produjo el jueves 25 de agosto, cuando se realizaban controles selectivos de pasajeros en el hall de partidas de la terminal A del Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
En ese momento, inspectores de narcotráfico de la Aduana, organismo comandado por Guillermo Michel, efectuaron tareas de perfilamiento y entrevistas y así advirtieron al interrogar a la pasajera, dudas sobre el motivo real de su viaje, cuando se le preguntó sobre su periplo.
En la conversación, surgieron dudas sobre el tiempo de viaje e incoherencias en las respuestas mostrando confusión, por lo que se procedió a la revisación de una pasajera de nacionalidad argentina y sus equipajes.
La mujer debía partir en un vuelo de la compañía aérea Air France, identificado como IB 4085 con destino la ciudad de Lisboa, en Portugal, pasando por París.
Al revisarse las prendas de vestir que llevaba en su valija, se comprobó que se teñían de azul al reaccionar en forma positiva a reactivo específico de cocaína.
La cocaína estaba impregnada en la ropa y el hallazgo total llegó a casi 10 kilos de cocaína dijeron las fuentes consultadas.
Fuentes de la investigación dijeron que la joven estalló en una crisis de nervios cuando se produjo el hallazgo. Otras fuentes dijeron que varias de las prendas lucían como acartonadas, como si hubiesen estado almidonadas.
El juzgado a cargo del Dr. Marcelo Aguinsky ordenó la detención de la pasajera y al secuestro de la sustancia, siendo un total de: 9,720 gramos de cocaína. Investiga el hecho la División de Investigaciones Narcotráfico Metropolitana de la DGA.
Un oficial abrió la valija, tomó una prenda al azar y le pasó un paño con un líquido reactivo. El suéter, de color natural, se tiñó de azul. Pasó lo mismo con una musculosa blanca: otro “match” ante al narcotest específico de clorhidrato de cocaína.
La cocaína, en este caso, no aparecía en su presentación habitual como un polvo blanco. La droga impregnaba las ropas. Según explicaron los voceros consultados, el estupefaciente es pasado a estado líquido a través de un proceso químico para poder embeber las prendas. Al llegar a destino, se revierte el estado con un proceso inverso.
En total, las ropas de la joven contenían 9,720 kilos de cocaína. El juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky ordenó la detención de la mujer, de 30 años, que se negó a declarar y seguirá presa.
El juez ordenó tareas adicionales de investigación a la División de Investigaciones Narcotráfico Metropolitana de la DGA. Buscarán, a través de las imágenes de las cámaras de seguridad de la aeroestación, establecer con quién tomó contacto la “mula”, a los efectos de intentar descubrir quiénes fueron sus proveedores.