Dos fallos judiciales en Argentina y Francia le quitan a Sofía Troszynski la tenencia de Alma (3) y se la dan a su padre, acusado de violento y que en agosto será juzgado por violencia de género y violencia familiar. El plazo se termina y este lunes la pequeña tiene que abandonar el país para ser enviada a su nueva casa y ser separada de su mamá.
Alma está realizando un tratamiento en el Hospital Garrahan tras ser diagnosticada con Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD).
La Justicia de Francia dictaminó que el 22 de marzo, la nena debía viajar rumbo a París en un vuelo de Air France para que la tenencia de la nena pase a manos de su papá.
Cuando los tratados atropellan los derechos del niño
La decisión sigue con la línea de los tratados de La Haya, como sucedió ya con el antecedente mediático de Wilner vs Osswald. Ambos países firmaron un acuerdo sobre la restitución de menores en 1980.
En la resolución final, el fallo plantea un régimen de visitas de la mamá de Alma que en primera instancia puede verla determinado número de horas y de días y luego se va reduciendo hasta que en una tercera instancia, Sofía sólo tiene posibilidad de encuentro con su hija un sólo día a la semana durante ocho horas, indicó Tiempo Argentino.
El pedido desesperado de su madre enfrenta una compleja traba: desde diciembre de 2020 tiene prohibido hablar de su hija ante los medios de comunicación y redes sociales. Hasta entonces, su caso se difundió a través de videos junto a la Red Viva, quienes la ayudaron y acompañaron durante estos últimos años.
Hoy, los plazos se acaban y la mujer hace todo lo posible para sortear lo que parece inevitable.
Sofía y Alma
Sofia es una estudiosa argentina que en 2013 se recibió de Ingeniera Industrial en la UTN y obtuvo una beca por buen desempeño. En 2016 viajó a Francia a realizar un máster, donde conoció al padre de su hija.
La situación comenzó a tornarse violenta y el hombre, según contó ella, le prohibía salir con sus amigas y la vivía hostigando.
En medio de ello, nació su pequeña. Tras un parto complicado, en el que Sofía quedó anémica y la dejó en estado delicado durante varios meses, llegó Alma.
“Varias veces me amenazó de muerte. Y yo no podía más. Era llorar todos los días, todos los días tener miedo por mi hija, cualquier cosa que yo podía hacer repercutía sobre ella. Si yo no hacía todo lo que él decía, desaparecía con mi hija. Volvía a las tres de la mañana con la nena dormida y yo no sabía qué había pasado en el medio”, contó Sofía en el portal Infobae.
Tras la llegada de la bebé, tuvieron una reconciliación y, con la esperanza de un nuevo comienzo, se vinieron los tres a la Argentina. Aquí la situación no cambió: la violencia continuó e incluso se incrementó.
El 15 de febrero de 2019 la Oficina de Violencia Doméstica dictó una perimetral porque se consideraba de máximo riesgo para Alma y de mediano riesgo para su mamá. Perimetral a la cual el agresor hacía oídos sordos: continuaba merodeando la casa y controlando los movimientos de la familia. Dos veces Sofía debió activar el botón antipánico.
El violento se volvió a Francia y desde allá inició un juicio de restitución para llevarse a Alma, en 2019. Juicio que hoy falló a su favor y ordena que el 22 de marzo la menor debe tomar un avión e iniciar una nueva vida en casa de su padre y alejada de su mamá.