Mauricio Macri comenzó a radicalizar su discurso y sus últimas apariciones dan cuenta de una persona dispuesta a poner a la política en términos de blanco o negro y aprovechar la brutal grieta que hay en el país para capitalizar votos.
En estos últimos días la actividad política de Macri se intensificó y se lo pudo ver en entrevistas y encuentros con los dirigentes del PRO más radicales, dejando de lado a aquellos que son considerados “moderados”.
Ante las acusaciones que lanzaba Macri era el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, el que salía al cruce, pero eso cambió ayer y fue el propio Alberto Fernández el que entró en el juego del roce fuerte. “Perdió toda la capacidad de entender el daño que ha hecho“, recriminó.
“Hay momentos en los que tengo la sensación que él ha perdido toda la capacidad de entender el daño que ha hecho, como esas personas que cometen un desastre en sus casas en un momento de ira, de locura y después como que no quieren asumir los efectos de su conducta. Fue muy llamativo”, dijo Fernández.
Macri reveló que solo estaba conectado con el país durante 12 horas y que durante otras doce horas no se interesaba por lo que pasaba en el país y esto generó un verdadero revuelo político. “Yo llegaba a las 7 u 8 de la noche, cerraba todo y me olvidaba. No prendía la televisón, ponía Netflix y no quería saber nada hasta el otro día a las 7 de la mañana“, recordó Macri.
Fernández remarcó que “ha pasado una pandemia en el mundo que ha causado un estrago en el mundo y el Fondo Monetario Internacional para ayudar al mundo ha decidido destinar 50 mil millones de dólares y para salvarlo a Macri destinó 57 mil millones”.
Por su parte Macri dijo que “el populismo nos hace mal” porque “es la resignación y necesitamos una sana rebeldía”.
Finalmente el líder de Juntos por el Cambio se metió en la interna entre el Presidente y la Vicepresidenta. Sostuvo que Cristina Kirchner “es quien tiene el poder porque fue quien eligió al presidente. Ella nunca se fue. Tiene todo el poder y tiene secuestrado al peronismo que se debe separar del kirchnerismo y sumarse al cambio. Conduce desde el miedo. Nunca me ocupé de las causas judiciales”.
A diferencia de Alberto Fernández, Cristina decidió no entrar en el cruce y se mantiene, por ahora, en silencio.