InicioSociedadLa increíble e insólita maniobra para quedarse con Canal 9

La increíble e insólita maniobra para quedarse con Canal 9

Una Corte de EEUU falló a favor del empresario mexicano González González. Menciona un ardid delictivo sin antecedentes por la magnitud en nuestro país

Hace unos años, allá por el 2000, se presentó una demanda en un juzgado de La Plata en la que un comerciante le reclamaba a Juan Sebastián Verón, por entonces jugador de la Lazio de Italia, unos 350.000 dólares. Presentó un pagaré, con ese monto, que estaba firmado por el hoy presidente del club Estudiantes.

El juez comercial, incluso, llegó a embargar al futbolista por medio millón de dólares, porque le agregó daños e intereses por el pagaré que supuestamente no había abonado y había vencido en 1999. Verón, a través de su abogado, hizo una presentación en la justicia penal platense, más precisamente ante el entonces fiscal Daniel Urriza. Su planteo era el siguiente: no debía un peso y cuando el comerciante dijo que había firmado el pagaré, la Brujita estaba en Italia, en pleno campeonato.

Urriza sospechó al ver la firma que, si bien aparentemente era real, no tenía la precisión habitual para un documento. Parecía un autógrafo. Y se probó que efectivamente era una autógrafo en un papel que el comerciante, de apellido Russo, había llenado con texto y membrete para darle cierta solemnidad. La historia terminó con el tal Russo aceptando la culpa y pagando él un resarcimiento que, cuenta la crónica policial, Verón donó a una institución de La Plata.

Cuando ese intento de fraude parecía que sería insuperable apareció Canal 9. Y según consta en un fallo inapelable de la justicia de los EEUU, con una maniobra con firmas, tal como intentaron defraudar hace dos décadas a Verón, literalmente en esta oportunidad se habrían “robado” uno de los cinco canales de aire de la televisión de Buenos Aires. Esto, claro está, lo dice una magistrada de norteamérica.

Ayer, un primer comunicado empresarial dio el puntapié inicial. “La corte de Delaware dictaminó sentencia de manera contundente que el 100% de la propiedad del grupo de empresas que constituye canal 9 en Argentina pertenecen al Grupo Albavision. Adicionalmente en la sentencia la jueza dictaminó que Carlos Eduardo Lorefice Lynch actuó de mala fe, con alevosía y ventaja fabricando un entramado con el objeto de despojar en forma ilegal al Grupo Albavision de sus activos en Argentina”. Lorefice Lynch, cabe aclarar, es hoy el supuesto dueño del 9.

El mencionado Grupo Albavisión, que maneja decenas de medios en toda América y quien le había comprado el canal de la calle Conde en el año 2007 a su anterior dueño, Daniel Hadad, es propiedad del mexicano Remigio Ángel “El Fantasma” González González.

El fallo de EEUU

¿Por qué se hizo el juicio en una corte de Delaware? Porque el entramado societario, en última instancia, termina en firmas que están registradas en dicho estado americano. Y la jueza que intervino fue contundente al hablar de la supuesta maniobra de Lorefice Lynch, un joven abogado argentino que fue ejecutivo y amigo de González González. Aquí lo más sustancial del fallo:

“La confianza es un activo que a menudo se malversa. El riesgo de tal apropiación indebida es mayor cuando la confianza que uno infunde en otro es tan grande que el agente de confianza tiene la libertad de actuar libremente.

“En este caso, el Tribunal aborda esa apropiación indebida de confianza luego de que un exitoso empresario de medios (González González) expandió sus operaciones a Argentina. Para hacerlo, creó una compañía de responsabilidad limitada de Delaware para mantener valiosos activos de medios, incluidas numerosas filiales creadas y que operan en Argentina. Un joven abogado de la firma que asesoraba en esos esfuerzos iniciales de expansión, Carlos Eduardo Lorefice Lynch, desarrolló una relación con el empresario y, finalmente, se convirtió en su mano derecha en Argentina. Lorefice Lynch, asesoró al empresario sobre la ley argentina y se desempeñó como representante legal formal de la compañía tenedora en Argentina, ganando rápidamente la confianza inquebrantable del empresario.

“Para el empresario, Lorefice Lynch era leal y dedicado a hacer lo correcto en su beneficio y el de su empresa. Pero las apariencias pueden engañar. En los primeros días de su relación laboral, Lorefice Lynch identificó y aprovechó la oportunidad de apropiarse indebidamente de la confianza del empresario para su propio beneficio. Lorefice Lynch sabía que el hombre de negocios confiaba en que sus declaraciones eran precisas y, por lo tanto, que el hombre de negocios firmaría los documentos que Lorefice Lynch le presentara.

“Utilizando su posición de confianza, Loferice Lynch indujo al empresario a firmar documentos que indicaban que él, no el empresario o su afiliado, era el miembro mayoritario de la compañía. Poco después de que se firmaron esos documentos, una nueva ley argentina, según Lorefice Lynch, requería que un argentino tuviera el interés mayoritario en las compañías de medios que operan en Argentina. Esto inspiró a Lorefice Lynch a elaborar un esquema de estafa mas sofisticado: informó al empresario que era necesario asignarlo como miembro mayoritario de la sociedad para cumplir con la nueva ley. Lorefice Lynch le aseguró al empresario que acturaría como un simple fiduciario y que no representaría problemas societarios en el futuro para los verdaderos propietarios. El empresario tomó la palabra de su abogado de confianza, Lorefice Lynch, y creyó que él honraría su acuerdo. Simplemente el abogado no lo hizo.

“Después de establecerse como el miembro mayoritario de la compañía, Lorefice Lynch abandonó su papel de fiduciario para tomar el control real sobre la compañía. Ahora, el abogado busca la bendición de este Tribunal, señalando el rastro de papel que creó cuidadosamente para corroborar su control sobre la Compañía. Pero nuevamente, las apariencias pueden ser engañosas. En esta opinión posterior al juicio que determina la propiedad y la estructura de gestión de la empresa, encuentro que los documentos presentados por Lorefice Lynch no son contratos vinculantes, y que, si lo fueran, Lorefice Lynch indujo fraudulentamente al empresario a ejecutar esos documentos y ha procedido con alevosía y de mala fe. Así las cosas, sostengo que el empresario y sus afiliadas son los gerentes de la compañía y miembros mayoritarios de la compañía”.

Los acuerdos con el Grupo Octubre

Lorefice Lynch, en tanto, había firmado un acuerdo con el Grupo Octubre, del sindicalista Victor Santamaría, quienes harán programas en dicha señal y un nuevo canal de noticias en los amplios estudios del 9, que dará trabajo a 200 periodistas y técnicos. Y tuvieron que salir a aclarar: “El Grupo Octubre y el Grupo Telearte informan que la totalidad de los acuerdos se mantienen inalterables y la totalidad de los proyectos continúan plenamente vigentes”. Y agregó: “Asimismo, informan que la nueva señal periodística IP, no forma parte del Grupo Telearte y que mantiene su fecha de lanzamiento para el mes de octubre, tal cual estaba previsto”.

Y no está de más destacar que el Grupo Octubre, que es dueño de Página 12 y radio AM750 entre otros, no tiene nada que ver con la maniobra y, desde ya, se espera que efectivamente no afecte lo más mínimo lo que tienen acordado con Telearte, debido a que se trata de un enorme esfuerzo económico que dará trabajo en una época en la que se vienen perdiendo muchos puestos laborales.

Los próximos pasos serán clave en esta historia. Pero lo cierto es que, termine como termine, el intento de fraude conta la Brujita Verón sólo será insignificante ante tamaña maniobra supuestamente ilegal.

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