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Roca y el cuasi fallido primer llamado telefónico en Argentina: “Es imposible así”

El 4 de enero de 1881 se produjo la primera comunicación en el país. De un lado, Julio Argentino Roca, del otro Bernardo de Irigoyen

Hace 143 años, en un mundo sin smartphones ni iPhones, la Argentina presenció su primer llamado telefónico. Fue en Buenos Aires, en la cálida mañana del 4 de enero de 1881, apenas cuatro años después de que Alexander Graham Bell patentara el teléfono en los Estados Unidos. El pionero de esta comunicación en el país fue el ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Julio Argentino Roca, el Dr. Bernardo de Irigoyen.

La instalación del primer teléfono en Argentina estuvo a cargo del técnico francés Víctor Andén, de la empresa Bell, y marcó el inicio de una revolución en las comunicaciones. Ese día se colocaron una veintena de dispositivos en la ciudad, incluyendo las residencias de figuras prominentes como el presidente de la Comisión Municipal, Torcuato de Alvear, y el ministro de Guerra, Benjamín Victorica, así como en instituciones selectas como la Sociedad Rural, el Club del Progreso y el Jockey Club.

El ministro Irigoyen eligió inaugurar su línea telefónica conectándose con la residencia del presidente Roca. Sin embargo, un simpático incidente marcó ese primer contacto. El general Roca no pudo atender el teléfono a tiempo, ya que su sobrino se adelantó y comenzó a hablar incomprensiblemente. Aunque Irigoyen se quejó “es imposible así” y dio por concluida la conversación, este malentendido se resolvió rápidamente, y la segunda llamada se realizó correctamente, marcando un antes y un después.

En 1881, el presidente Roca otorgó permisos oficiales a tres empresas para ofrecer servicios telefónicos: la Compañía de Teléfonos Gower-Bell (inglesa), la Socieété du Pantéléphone L. de Locht (belga) y la Compañía Telefónica del Río de la Plata (subsidiaria de la compañía Bell de EE. UU.). Estas compañías marcaron el inicio de la industria telefónica en Argentina.

A partir de 1915, dejó de ser necesaria la intervención de un operador u operadora que conectara los dos extremos de la línea en una llamada, y así comenzó a regir la conmutación automática. Las primeras comunicaciones se realizaban con equipos a magneto, y luego con equipos a batería central, los cuales debían ser atendidos por operadoras, y en los que cumplía un papel fundamental el conmutador manual de dos posiciones de operadora. Más tarde, los equipos automáticos a disco dominaron el mundo telefónico y fue indispensable una cabina telefónica, como la de ENTel de 1940, para comunicarse, sobre todo en lugares públicos.

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Algunos de los modelos más emblemáticos son el AUT 500 y los de mesa automáticos, junto con otros de la década del 60, más raros y coloridos.

Durante sus primeras décadas, la actividad se desarrolló con operadores privados, hasta que el gobierno del general Juan Domingo Perón creó la Empresa Mixta Telefónica Argentina. Unos años después, se sancionó el Decreto 310 que creó la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTEL), una empresa de capital estatal, cuya vigencia se extendió hasta las privatizaciones operadas en la década del 90. Este desarrollo tecnológico y la evolución de la infraestructura telefónica contribuyeron significativamente a la transformación de las comunicaciones en Argentina.

La creación del teléfono, no exenta de polémicas

Respecto a la creación y patentamiento del teléfono, hubo una serie de polémicas respecto a quién fue su verdadero inventor. Un litigio judicial que se extendió hasta este siglo.

Y es que, aunque Graham Bell patentó el teléfono el 7 de marzo de 1876 y realizó la primera llamada telefónica apenas tres días después, atribuyéndose a él mismo el descubrimiento, en realidad, ya existía una máquina equivalente inventada por el italiano Antonio Meucci en 1854, a la que llamó “teletrófono”.

Meucci, debido a la falta de recursos, no pudo patentar su invento, y fue Bell quien, rápidamente, patentó el aparato bajo el nombre de teléfono. No fue hasta 2002, 126 años después, que el Congreso de Estados Unidos reconoció a Meucci como el inventor legítimo del teléfono.

Este desarrollo tecnológico no solo impulsó la conectividad en Argentina y el mundo sino que también reflejó el constante cambio en las formas de comunicación. Desde aquellos primeros llamados hasta la era de las comunicaciones móviles y las aplicaciones pasaron más de 140 años cargados de invenciones e innovaciones hasta llegar hoy al teléfono celular inteligente, que prácticamente jubiló a su antecesor, el teléfono de línea de toda la vida.

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