El aplauso de los fieles en la plaza San Pedro acogió el pedido del Papa, la situación en Medio Oriente se agrava y el apelo por la Paz de Francisco se hace aún más fuerte con la mirada puesta en los civiles de las dos partes del conflicto: “que en Gaza se deje espacio para garantizar la ayuda humanitaria y la liberación inmediata de los rehenes“.
“No nos damos por vencidos, seguimos rezando por Ucrania, también por la grave situación en Palestina e Israel y por las demás regiones en guerra“. Así, el Papa Francisco, al final del Ángelus, agradeció “a todos, en muchos lugares y de diferentes maneras por haber participado de la jornada de ayuno y oración que vivimos el viernes pasado implorando la paz en el mundo“.
“En Gaza en particular, deben dejar espacios para garantizar la ayuda humanitaria y los prisioneros deben ser liberados inmediatamente. Los que abandonan la posibilidad de portar armas.”
El pedido del Pontífice también fue dirigido a Ucrania y a todos los países que están en conflicto bélico, exclamando desde la ventana de la biblioteca del Palacio Apostólico: “¡Alto el fuego! ¡La guerra es siempre una derrota, siempre!”.
Cierre del Sínodo
“El protagonista es el Espíritu Santo”, con estas palabras, que sonaron como un recordatorio de lo vivido en las últimas cuatro semanas el Papa celebró la misa solemne de clausura del Sínodo de Obispos: “es un pecado grave insultar a los más débiles, un pecado grave que corroe la fraternidad y devasta la sociedad”.
El reclamo del Papa tomó la voz de los últimos de la Iglesia el día después de la aprobación del Documento Síntesis del Sínodo sobre la Sinodalidad 2023, que fue votado por primera vez también por las mujeres. En el texto la apertura a escuchar al otro, donde quedó plasmado que ninguno debe ser excluido por su situación matrimonial o su identidad sexual. Temas aún controvertidos entre los obispos presentes fueron también el diácono de las mujeres y el celibato de los sacerdotes. Pero tendrán aún doce meses para reflexionar a nivel local y luego se concluirá la asamblea final en octubre del próximo año 2024.
“Hoy no vemos el fruto completo de este proceso” dijo el Papa en el cierre del Sínodo, “pero el Señor nos ayudará a servir a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo”, remarcando el concepto “adorar y servir, que el señor nos acompañe, adelante con alegria” concluyó Francisco.
Los cardinales reunidos en Roma aprovecharon el mes que duró el Sinodo con Francisco a la cabeza para conocerse (ya que muchos son nuevos y provienen de la periferia del mundo) y razonar sobre las prioridades de la iglesia del futuro y sobre quién podría ser, cuando sea el momento, el próximo Papa. Aunque ninguno considera cercano este escenario ya que Jorge Mario Bergoglio no tiene ninguna intención de renunciar, con sus 86 años, a pesar de haber tenido algunas recaídas, está muy bien de salud, se lo ve siempre muy dinámico y fuerte como un verdadero gaucho argentino.