Una mujer de Las Trojas -municipio mexicano de Metepec, en Hidalgo- falleció minutos después de recibir la primera dosis de la vacuna de Sinovac contra el coronavirus. Según informó el diario El Milenio de México, apenas inoculada comenzó a sentir mareos, se descompensó y murió.
María Solís Godínez (75) se levantaba temprano todas las mañanas, para comenzar sus labores en el campo. A sus 75 años, salía diariamente, antes de que salga el sol, a recorrer el campo que tenía junto a su inseparable compañero de vida, don Aurelio Mendoza, de 82 años.
María y Aurelio siempre convivieron juntos en el campo. A ella le gustaba trabajar en la hortaliza en donde producía nopal, maíz y lechuga, una parte para autoconsumo y otra para vender a sus vecinos. Una de sus familiares llevaba a la venta la cosecha.
Si bien la comunidad del estado central del país americano no tuvo muchos contagios por Covid-19, se tomaban todos los recaudos para evitar un brote. Y el matrimonio no era excepción: querían seguir gozando de su vida plena junto a sus trece hijos -8 mujeres y 5 varones- en la tranquila región ubicada al norte del inicio de la sierra Otomí-Tepehua en el Valle de Tulancingo. María y su esposo se habían registrado para recibir la vacuna anticovid.
Este miércoles la familia iba a ser víctima de un trágico hecho, que la dejaría destrozada. Les había llegado su turno para ser inoculados y así dejar atrás al menos por un tiempo a la fatídica pandemia, aunque no sabían que la cura, aparentemente, iba a ser peor que la enfermedad.
Un fatídico 10 de marzo para los Mendoza Solís
El 10 de marzo, María se levantó desde temprana hora para ir con su esposo a recibir la vacuna contra Covid 19, a la pequeña comunidad Las Trojas, por su cercanía, le correspondía el punto de vacunación el auditorio de la Estación de Apulco, donde de acuerdo con los familiares, minutos después de aplicarle la dosis se desvaneció.
La enfermera había pedido a María permanecer sentada unos minutos después de la aplicación, sin embargo, comenzó a sentir mareos y ganas de ir al baño. Su esposo Aurelio la auxilió para que se incorporara y pensaron que se trataba de alguna reacción pasajera.
María de desvaneció en el sitio, por lo que se tuvo que pedir el apoyo de una ambulancia para el traslado a la clínica del IMSS en Metepec, la más cercana. Por desgracia, al llegar al hospital ya no presentaba signos vitales.
Velatorio
La tarde del jueves 11 de marzo, dos de sus nietos esperaban afuera de la Procuraduría de Hidalgo, a que les fuera entregado el cuerpo de su abuela; llevaban más de 12 horas de peregrinar entre Metepec, Tulancingo y ahora Pachuca para poder retornar al pueblo con los restos de María para que fuera velada conforme a las tradiciones.
Sin embargo, la autopsia de ley para determinar el riesgo biológico retardó el proceso; llegaron tíos y otros parientes, todos unidos en torno al dolor por la pérdida de la jefa de la familia.
En su honor, buscan darle digna sepultura y una despedida donde todos puedan buscar consuelo a la tragedia. Sobre las causas se muestran escépticos, no quieren especular pero tampoco estar más esperando. //
Fuente: Milenio.com