“Muy pronto me presentaré ante el juez definitivo de mi vida“, así comenzó la despedida de Benedicto XVI en lo que era su última carta presentada antes de morir. Fue el 6 de febrero pasado y, de acuerdo a su ex portavoz Federico Lombardi, el texto hacía referencia a las críticas que recibió respecto a un “asunto de abusos cuando era arzobispo de Munich“.
En su texto Joseph Ratzinger, así era el nombre real del papa emérito, se expresó sobre el temor que le generaba la muerte y sobre lo que imaginaba podría ser su “juicio final”: “Aunque pueda tener muchos motivos de temor y miedo cuando miro hacia atrás en mi larga vida, me siento, sin embargo, feliz porque creo firmemente que el Señor no solo es el juez justo, sino también el amigo y el hermano que ya padeció Él mismo mis deficiencias y por eso, como juez, es también mi abogado“.
“En vista de la hora del juicio, la gracia de ser cristiano se hace evidente para mí. Ser cristiano me da el conocimiento y, más aún, la amistad con el juez de mi vida y me permite atravesar con confianza la oscura puerta de la muerte. A este respecto, recuerdo constantemente lo que dice Juan al principio del Apocalipsis: ve al Hijo del Hombre en toda su grandeza y cae a sus pies como muerto. Pero el Señor, poniendo su mano derecha sobre él, le dice: «¡No temas, soy yo!» (cf. Ap 1,12-17)”.
Lombardi explicó que esta carta se presentó “al final de unos dolorosos días ‘de examen de conciencia y reflexión’, del papa emérito sobre las críticas que se habían vertido contra él por un asunto de abusos cuando era arzobispo de Múnich, más de 40 años antes”. //TeleféNoticias.